Los adolescentes experimentan cambios físicos, emocionales y sociales que los hacen sentir inseguros sobre su identidad. Los padres deben apoyarlos y establecer normas claras mientras les dan espacio para desarrollarse, pero también comunicarse y enseñarles valores. Un estilo democrático de crianza ayuda a los hijos a formar una identidad propia y autoestima sana durante esta etapa de transición.