6. Paradigmas:
... Verdades absolutas?
... Esquemas mentales?
... Formas de pensar?
Así lo hacemos aquí...
Así se ha hecho siempre...
Desde el principio ha sido así
Así soy yo...
Desde chiquito yo era así...
6
16. Corría el año de 1961 y yo
estaba en quinto de
primaria. Mis calificaciones
eran pésimas y lo peor de
todo es que ni siquiera me
importaba.
Hacía mucho que mi padre se había ido, y
mi hermano mayor, Curtis, y yo vivíamos
con mamá en una desangelada casa del
barrio de Delray, en Detroit, zona habitada
por gente que en lenguaje amable
podríamos llamar "recia".
17. La casa donde vivíamos
era pequeña y
escasamente
amueblada, pero estaba
limpia y siempre había
comida en la mesa. En
nuestra autoprotectora
ignorancia infantil, Curtis
y yo apenas nos
dábamos cuenta de las
dificultades que mamá
pasaba para atendernos
y a la vez sacarnos
adelante con sus tres
empleos de sirvienta.
18. La jornada era más o menos ésta:
una vez que salíamos de la
escuela, jugábamos al futbol o al
basquetbol, nos robábamos
algunas manzanas de un vecino y
les disparábamos a las ratas con
una escopeta de balines.
Cuando oscurecía regresábamos a casa y nos
poníamos a ver televisión. No necesitábamos
una guía de programación; sabíamos qué
programa pasaba a cualquier hora, en
cualquier canal.
19. • Así, nuestra vida transcurría entre
los tiroteos y el galopar de los
caballos de "Cheyenne", las risas de
"Yo quiero a Lucy" o "Mister Ed", y
las pegajosas cantaletas de los
anuncios publicitarios. Acostados en
la cama de mi madre, veíamos la
televisión durante horas enteras.
20. Pero un día mamá nos cambió la vida para
siempre. Apagó el televisor. El detonador
fueron mis malas calificaciones. Mi madre,
Sonya Carson, había llegado apenas a tercero
de primaria, pero era mucho más lista de lo
que sus hijos pensábamos entonces.
Se había fijado en algo que
había en todas las elegantes
casas donde hacía la limpieza:
libros. Así pues, un día llegó a
casa, apagó el televisor y nos
anunció que se iba a ocupar
de que cada uno de nosotros
fuera alguien en la vida.
21. - De hoy en adelante van a leer dos
libros a la semana -dijo -, y tendrán que
entregarme un resumen de cada uno.
22. Nosotros en seguida nos quejamos de tan gran
injusticia, alegando que todos los niños veían
televisión, pero, al ver que fallaba esta
estrategia, pensamos que quizá se le olvidaría
en unos días. Además, exceptuando la Biblia de
mamá, no había ningún libro en casa.
Pero ella reanudó el ataque diciendo que no nos
quedaríamos allí; que iríamos a donde había
libros.
24. Al poco tiempo, dos niños desconsolados
se dirigían de mala gana a una sucursal
de la Biblioteca Pública de Detroit en un
Oldsmobile blanco 1959. Me puse a
pasear a regañadientes por el pasillo de
obras para niños y, como me gustaban los
animales, al ver unos libros que parecían
tratar del asunto, empecé a hojearlos.
25. El primero que leí de principio a fin era sobre los
castores y cómo viven y construyen sus diques. Por
primera vez en la vida me encontraba perdido en la
inmensidad de un mundo nuevo.
Ningún programa de televisión me había llevado
tan lejos de mi entorno como aquel viaje de
palabras hasta un frío arroyo del bosque donde
estos animales hacen su hogar.
26. No lo comprendí
entonces, pero era
una experiencia muy
distinta de la de ver
televisión. Las
imágenes se me
formaban en la
mente y no delante
de los ojos, y podía
verlas de nuevo
cuantas veces
quisiera con sólo dar
vuelta a la página.
36. El éxito en la vida está basado en
la semilla que siembres
Siembra un pensamiento y cosecharás
una acción.
Siembra una acción y cosecharás un
hábito.
Siembra un hábito y cosecharás una
conducta.
Siembra una conducta y cosecharás un
destino.
37.
38. Liderazgo transformador
• La persona cambia primero para tener la
capacidad de influenciar y motivar
positivamente a un grupo de personas con la
finalidad de alcanzar metas que propicien el
bienestar y calidad de vida del individuo,
familia, empresa y sociedad.