El público es un actor fundamental en el teatro ya que sus reacciones a la obra, como la risa, el asombro o el susto, dependen de cómo el autor presenta la obra y los detalles técnicos como la ambientación y los escenarios. El público también facilita que los actores expresen sus sentimientos y juzga si la obra está bien representada. Sin público no hay obra porque está destinada a ser vista y juzgada por él.