Discurso presentación de programas presentados en Mujeres x Frei
CrecimientoEmpleoSostenibilidad
1. UNA ESTRATEGIA DE CRECIMIENTO PARA EL EMPLEO Y LA
SOSTENIBILIDAD
Exposición del Candidato Presidencial Eduardo Frei R-T
Centro de Estudios Públicos, Santiago, 6 de agosto, 2009
1. INTRODUCCIÓN
“Considerar la crisis como un paréntesis que se va a cerrar pronto, hacer como si
todo debería recomenzar como antes, como si pudiéramos volver a pensar como
antes, a comportarse como antes, con los mismos criterios, los mismos métodos,
sería un error fatal. Nada volverá a ser como antes. Una crisis de tanta amplitud
siempre remite a causas profundas. Uno no puede asistir a una catástrofe como
esta sin hacer un juicio a las ideas, a los valores, a las decisiones que han
conducido a semejante resultado. Esto nos obliga a poner todo en el tapete, a
quebrar con los dogmas y las certezas; la crisis nos hace más libres para imaginar
otro futuro.”
El párrafo que vengo de leer no proviene de un “liberal” estadounidense, ni de un
socialista francés, español o escandinavo, ni de un laborista británico, ni menos de
una representante del neo-populismo latinoamericano. No. Este párrafo fue
pronunciado por un líder que ha sido visitado y alabado por algunos de mis
contrincantes: el presidente de Francia, Nicolás Sarkozy.
Yo estoy de acuerdo con Sarkozy. Por lo mismo, discrepo con los ven esta crisis
internacional como algo inevitable, natural, cíclico. Discrepo con los que ven sus
costos sociales como parte del juego del capitalismo. Discrepo de los que creen
que la economía mundial se recuperará bajo las mismas reglas con que ha
funcionado hasta ahora.
Si me presento a Presidente de la República no es para administrar
resignadamente un tipo de sociedad que espera que todo lo resuelva el mercado.
Yo no soy una marioneta del mercado, y rechazo a los políticos que se presentan
como tales. Yo quiero ser Presidente de la República porque quiero hacer
reformas para que los chilenos y sus familias vivan mejor, siguiendo en la línea de
lo que ha hecho la Presidenta Bachelet y la Concertación desde 1990 a la fecha.
Quiero hablar aquí sobre un tema que muchas veces está ausente en el discurso
político: el tema del crecimiento económico. Soy un convencido que Chile necesita
crecer a tasas aceleradas para llegar a ser un país desarrollado en esta
generación. Durante mi gobierno demostré mi compromiso con el crecimiento.
Pues bien, volveré hacerlo si soy elegido nuevamente Presidente de la República.
En materia económica el próximo gobierno enfrenta dos desafíos simultáneos. Por
un lado, lograr que el país, así como ha podido sortear de buena forma la crisis
económica internacional, pueda ahora recuperarse rápidamente. Por el otro,
2. aprovechar las oportunidades que esta crisis le abre a economías como la nuestra
para elevar el ritmo de crecimiento de mediano y largo plazo. Lo más urgente es lo
primero, pero lo más importante es lo segundo: es abordar las reformas que
necesitamos para reinsertarnos ventajosamente en la nueva economía global post
crisis.
En las últimas décadas la economía mundial creció impulsada por el dinamismo
del consumo doméstico de los Estados Unidos. Esto creó un desbalance brutal,
con los norteamericanos consumiendo sin ahorrar y el resto de los países,
especialmente China, produciendo para ellos o prestándoles plata para que
pudieran mantener su nivel de gasto.
Pues bien, esa época se acabó.
Lo que vemos hoy es que Estados Unidos comienza a ajustar sus patrones de
consumo, y los países emergentes comienzan a reorientar su producción hacia
sus mercados internos. Es el caso de China, pero también de India y de Brasil.
Las economías emergentes comienzan a pesar más en el consumo mundial. Esto
abre nuevos mercados, que demandan nuevos productos y nuevos modelos de
negocio. Porque no es lo mismo producir para vender en Nueva York o Londres
que hacerlo para las favelas de Rio de Janeiro, o las masas consumidoras de
Shanghai, Calcuta o Johanesburgo.
El mundo post-crisis encara además la amenaza del cambio climático y la crisis
energética. También la necesidad de revalorar las regulaciones, revisar los
conflictos de intereses y los sistemas de incentivos, y establecer algunas formas
de gobierno de la globalización.
¿Cómo Chile se adaptará a esta nueva época? ¿Con qué rapidez lo hará? ¿Cómo
puede aprovechar las oportunidades que se abren? Éstas son, creo yo, las
preguntas cruciales en el momento actual.
2. RESPONSABILIDAD NÚMERO UNO: CONSOLIDAR LA RECUPERACIÓN
Permítanme decirlo de partida: no hay una formula mágica para acelerar la
recuperación económica ni para recuperar las tasas de crecimiento de las ultimas
dos décadas. Lo que tenemos que hacer es usar los diferentes instrumentos de
políticas macroeconómica y de desarrollo, teniendo en cuenta que la medidas que
adoptemos deben aminorar la incertidumbre que ha sembrado la crisis
internacional, y al mismo tiempo, colocar los incentivos necesarios para
aprovechar las oportunidades de la post- crisis. El mayor desafío económico de un
próximo gobierno es precisamente éste: lograr que Chile juegue mejor en el nuevo
escenario económico internacional.
Vamos a ser pragmáticos en la política fiscal. Estamos cien por ciento de
acuerdo con las medidas adoptadas por el gobierno en esta materia. No comparto
las aprehensiones que han manifestado algunos economistas de otras
2
3. candidaturas –los mismos que no hace mucho proponían eliminar el superávit
estructural--, que hablan de un exceso de gasto. No comparto, tampoco, lo
señalado en orden a restringir el déficit el año próximo no importa lo que pase con
la actividad económica y el empleo. Vamos a continuar con la exitosa política fiscal
contracíclica y con el enfoque estructural. Definitivamente, no nos parece que el
contexto actual esté como para hacer definiciones dogmáticas respecto del gasto
público. Este tipo de posturas inflexibles e insensibles están siendo dejadas atrás
en todo el mundo, y sólo en Chile aún tienen unos pocos seguidores.
Vamos a asegurar la liquidez preferentemente a las empresas de todos los
tamaños. Uno de los factores que detuvieron el crecimiento de la economía
durante la primera mitad de este año fue la crisis de liquidez. Ésta fue superada
muy exitosamente. Ahora bien, tenemos que lograr que la recuperación sea
empujada por la inversión y no por el consumo, porque esto nos garantiza una
expansión con más potencial de largo plazo, con menos impacto inflacionario y
menor probabilidad de alzas de tasas. Lo que hemos visto es que las empresas
grandes han tenido acceso a todos los beneficios de ser un país
macroeconómicamente estable, lo que se traduce en acceso a inmejorables
condiciones de financiamiento. El desafío ahora es lograr que las pequeñas y
medianas empresas tengan un mejor acceso a los mercados financieros. Este es
un punto clave para una recuperación económica sana y potente. Por ello nuestra
estrategia contempla el uso de los instrumentos de fomento del Estado para
garantizar que el acceso a la liquidez de las empresas aquellas medianas y
pequeñas, que por lo demás son intensivas en empleos.
Vamos a continuar con la coordinación fiscal-monetaria. La salida de la crisis
requiere un nivel de coordinación muy elevado entre la autoridad fiscal y la
autoridad monetaria. Vamos a respetar plenamente la independencia del Banco
Central, pero al mismo tiempo vamos a mantener los niveles de coordinación que
se han observado en el período reciente, y que lamentablemente no se observó en
la crisis asiática –lo digo con todas sus letras, pues tenemos que aprender de las
experiencias pasadas. No podemos correr el riesgo de que nuevamente los
esfuerzos de un actor sean neutralizados por el otro. Por lo mismo, la coordinación
fiscal-monetaria será un pivote del manejo fiscal del próximo gobierno. Esto es lo
que garantiza una recuperación no inflacionaria e intensiva en la creación de
empleo.
Tendremos una política que promueva la competitividad exportadora. La
política cambiaria es y seguirá siendo una atribución del Banco Central. Dicho
esto, hay que reconocer que la recuperación de la economía chilena estará
directamente asociada a la competitividad del sector exportador. Este va a
enfrentar en los próximos años mercados globales menos entusiastas, y sobre
todo, diferentes en su estructura. Es improbable que tengamos un tipo de cambio
más alto que el que hemos tenido en promedio en los últimos 25 años, cuando se
3
4. desplegó nuestro auge exportador. El precio del cobre no se ha deprimido a
niveles pre-crisis, el prestigio internacional de nuestra economía atrae capitales
que en otras crisis se hubieran ido a buscar otros mercados, y nuestra política
fiscal inevitablemente hará uso de los fondos soberanos. Pero no podemos
quedarnos de brazos cruzados esperando a lo que haga el mercado. Seremos
vigilantes de lo que pase con el tipo de cambio. Y pondremos en marcha nuevos
instrumentos para mejorar la competitividad, como herramientas de fomento
exportador focalizados en los nuevos sectores exportadores en desarrollo, con
nuevos productos dirigidos a nuevos mercados, para nuevos segmentos de
consumidores que viven en otras geografías. Así como en un pasado reciente
penetramos en ,los mercados de Estados Unidos, de Europa y del Asia, ahora
deberemos penetrar con mas fuerza los mercados de Latinoamérica, India y
África, entre otros
Apoyaremos la reconversión y el mejoramiento productivo. Como resultado
de la crisis internacional habrán cambios importantes en la estructura de
oportunidades económicas globales. El crecimiento mundial será menor al período
pre crisis; lo que es natural, pues fueron precisamente los excesos de algunas
economías los que generaron esta crisis. En este contexto muchos de nuestros
exportadores se verán obligados a invertir más en la búsqueda de mercados, en
bajar costos para mantener su competitividad, en cambiar sus líneas de
productos, o en aumentar drásticamente sus volúmenes para aprovechar las
oportunidades que se pueden abrir con la recuperación de la economía mundial.
Nos proponemos apoyar estos procesos de mejoramiento productivo mediante
instrumentos de fomento productivo en función de la innovación al interior la
empresa, la exploración y penetración de mercados, el fomento de la asociatividad
en las cadenas productivas y desarrollo de clusters, así como el fortalecimiento de
alianzas comerciales y joint ventures con procesos de integración aguas arriba y
aguas abajo con empresas de otros países.
Seguiremos impulsando la recuperación del empleo. Tenemos la experiencia
de la crisis asiática, después de la cual nos tomó mucho tiempo retomar el nivel de
empleo que teníamos previamente. Esto demuestra que hay problemas en nuestro
mercado laboral que debemos corregir. Respaldo 100% el Plan de Empleo surgido
del acuerdo entre la CPC, la CUT, la Conapyme y el gobierno, aunque me
preocupa que sus medidas no se ejecuten con la celeridad necesaria. El Plan
acordado requiere de la creación de un Comité de Seguimiento de esas iniciativas.
Pero me temo que esto no es suficiente. La crisis hace impostergable un gran
acuerdo nacional pro-empleo de largo plazo, entre todos los actores sociales y
políticos, que nos permita no sólo recuperar rápidamente el nivel de empleo, sino
también incorporar al mercado de trabajo a más mujeres y más jóvenes. Esto
supone algunas medidas de fondo, a las que me referiré más adelante.
Vamos a aprovecharnos de la crisis internacional para mejorar nuestra
posición relativa. En lo financiero, la crisis internacional le sirvió a Chile para
4
5. diferenciarse: si en épocas de bonanzas muchos países parecían iguales, con
esta crisis se vio quienes habían construido sobre roca y quienes sobre arena. En
la recuperación, Chile y sus empresas debemos ganar posiciones en materia de
competitividad internacional. Desde este punto de vista, las crisis son una
oportunidad. Por ejemplo, debemos pasar a exportar servicios financieros,
trayendo a Chile la gestión de los fondos de Latinoamérica. En los sectores
productivos, tenemos que aprovechar que muchos de nuestros competidores no
sólo sufrieron el shock de demanda sino también financiero –lo que en Chile no
ocurrió. Insisto: tenemos que sacar ventaja del nuevo panorama internacional
conquistando nuevos mercados e introduciendo nuevos productos con mayor valor
agregado. En suma, tenemos que salir de esta convulsión con más empresas
chilenas de clase mundial. Esto es lo que se están planteando países como China
o Brasil. Nosotros no debemos contentarnos con menos. Este es un desafío de las
empresas, pero el Estado debe apoyarlas y no obstaculizarlas en su empeño.
Todos sabemos que la mayor empresa de Chile es Codelco. Por ello debemos
aprobar lo antes posible en el Congreso su nueva Ley de Gobierno Corporativo, y
hacer los cambios necesarios para transformarla en una empresa de clase
mundial. Pero Chile tiene otras grandes empresas en retail, celulosa, minería,
alimentos y otros sectores, que deben y pueden salir a jugar el partido de la
globalización transformándose en multi-latinas fuertes y dinámicas. Si las
empresas se lanzan a este desafío, han de saber que en mi gobierno no estarán
solas. Es de interés de Chile y de las chilenas y chilenos que nuestras empresas
se internacionalicen con éxito.
2. CHILE HA ENTRADO EN UNA NUEVA FASE DE DESARROLLO
Para usar la jerga futbolística, lo que propongo es “salir jugando” de la crisis
internacional, y jugando a ganar y no a empatar. Para esto vamos a utilizar sin
complejos ni dogmatismos todos los instrumentos de política pública.
No faltarán quienes nos acusen de estar reeditando las “políticas industriales” de
antaño. Esta acusación me tiene sin cuidado. Si mediante políticas neutras y no
sectoriales hay que actuar para salvar industrias, crear empleos, abrir
oportunidades al sector privado, o fomentar la innovación en las empresas, así lo
haremos.
Ningún país progresa sin una visión, sin un plan de desarrollo de largo plazo, y
esto sólo lo puede promover el Estado. Basta mirar el caso de Nueva Zelandia,
donde se ha construido una mirada común de empresarios, sindicatos y gobierno,
para enfrentar los desafíos del crecimiento; o más cerca, el caso de Brasil y su
estrategia de energía o su agro-industria. Nosotros vamos a convocar a la unidad
nacional para el crecimiento, incluyendo a empresarios, trabajadores, partidos
políticos, parlamentarios, sociedad civil y académicos, entre otros actores.
Es un hecho que en los años previos a la crisis internacional el empuje económico
de Chile venía decayendo, a pesar de las elevadas tasas de inversión y el
5
6. crecimiento de la fuerza laboral. ¿Cuál es el problema que nos aqueja? Responder
a esta interrogante con serenidad, sin frases para la galería, es crucial para
encontrar los remedios adecuados.
No obstante lo anterior, Chile tiene hoy la mejor oportunidad de su historia para
alcanzar el desarrollo. La razón es muy simple: hoy dispone de un “bono
demográfico”, esto es, una elevada proporción de población económicamente
activa en relación a los niños y los ancianos. Esta situación, que va a perdurar por
un par de décadas mas, permite reducir la pobreza, que las familias dispongan de
más bienes por integrante, que las personas puedan ahorrar, que se invierta más
en capital humano, y que se amplíe la clase media y se expandan sus valores de
autonomía, trabajo duro, empresarialidad y demanda por servicios de más calidad.
Ésta es la fase en que estamos en Chile, que termina cuando la población de
adultos mayores se hace más numerosa, y hay que hacerse cargo de ella. Es
nuestra responsabilidad aprovechar este “bono demográfico” para alcanzar el
desarrollo en esta generación.
Chile ya dejó de ser un país sub-desarrollado, para ubicarse en la categoría de los
países de ingreso medio. ¿Acaso esto nos asegura que, en una próxima fases y
haciendo lo mismo que hemos hecho hasta ahora, llegaremos a ser un país
desarrollado? La respuesta es no.
Lamentablemente, son muchos los países que, llegando a esta condición, se
quedan estancados y no pueden seguir avanzando. ¿Qué han hecho los que han
mantenido su ritmo de crecimiento y evitado la trampa de la complacencia?
Básicamente cuatro cosas:
1. han mitigado los mayores costos de mano de obra mediante la innovación en
productos y procesos en las empresas, con un sector público que apoya eficaz
y decididamente esta transición;
2. han hecho profundas reformas educacionales, desde el nivel pre-escolar hasta
la terciaria;
3. han acelerado y descentralizado el proceso de toma de decisiones a nivel
político y en el diseño de políticas y el manejo de los recursos; y
4. han ejercido un liderazgo pragmático y no doctrinario, orientado a resultados,
que busca la efectividad por sobre todo, y que sabe unir los esfuerzos de los
sectores público y privado.
Para no quedarnos estancados en una meseta, sin alcanzar el pleno desarrollo,
debemos actuar con la mentalidad de un maratonista –como alguna vez lo señaló
el ministro Andrés Velasco. La mentalidad del que busca la meta en forma
perseverante, sin desmayo, pensando siempre en el largo plazo. Del que no
desiste ni renuncia a mejorar su marca.
Chile ha venido demostrado en el último período esa actitud, y tiene que insistir
en ella. Hemos superado el viejo vicio que nos condenaba al subdesarrollo: pasar
6
7. abruptamente de períodos de gran crecimiento a crisis pronunciadas. Hemos sido
capaces de expandir los mercados para nuestras exportaciones y de atraer
capitales internacionales. Hemos sabido construir instituciones que crean un
ambiente de certidumbre y estabilidad. Hemos construido una sociedad mas
cohesiva, mediante la creación de una amplia red de protección social. Algunos
ven esto como un “gasto”; yo le velo como una inversión; es más, lo veo como la
mejor inversión que hemos hecho en los últimos años: ¡mejorar la calidad de vida
de nuestra gente!.
Sin embargo, es un hecho que ha decaído el crecimiento de la productividad . Por
lo mismo, si queremos evitar los rendimientos decrecientes y retomar velocidad en
materia de crecimiento, tenemos la obligación de hacer cosas nuevas. ¡Todos!:
Estado y empresas, entidades de educación superior y trabajadores.
3. SIETE TAREAS ESTRATÉGICAS
Déjenme referirme, someramente, a cuales son las siete tareas estratégicas que
tenemos que abordar en los próximos años para alcanzar la meta del desarrollo.
1a Tarea Estratégica: más y mejor empleo para todos.
Si mi gobierno anterior es recordado como el gobierno de la infraestructura, yo
quisiera que mi nuevo gobierno sea recordado como el gobierno del empleo.
Me propongo seguir haciendo todo lo necesario, sin dogmas ni prejuicios, para
incrementar la tasa de participación laboral y el nivel de calificación de la fuerza de
trabajo, en especial de las mujeres y los jóvenes. No hay mejor inversión que
aquella que hace a más chilenas y chilenos en personas empleables, capaces de
valerse por sí mismas, con la percepción de tener oportunidades y de ser parte
activa del sistema económico y de la sociedad. Nuestra estrategia de crecimiento
tiene como eje la creación de más empleos y de mejor calidad.
Al mismo tiempo tenemos que modernizar nuestra legislación laboral. La actual
tiene casi 30 años, y hay que ver cómo el mundo ha cambiado desde entonces.
Pese a las reformas a los que ha sido sometido, el marco laboral actual fue
instaurado en condiciones que, reconozcámoslo, le restan legitimidad, sobre todo
frente a los trabajadores y sindicatos. No sigamos entonces parchando un marco
laboral que ya no da el ancho. La verdad es que nuestra actual institucionalidad
laboral se parece cada vez más a un cajón de sastre, lo que genera más
incertidumbres que certezas. Quizás haya llegado la hora de ponernos de acuerdo
en un nuevo Código del Trabajo, en vez de seguir llenando el que tenemos con
excepciones.
7
8. Necesitamos una legislación que promueva más diálogo al interior de la empresa.
Esto conlleva el legitimo derecho de tener un sindicalismo mas organizado, mas
preparado y más dispuesto a enfrentar los desafíos de la economía moderna.
Nadie puede sentir temor de contar en Chile con un sindicalismo fuerte, menos los
empresarios, que han sabido encarar desafíos enormes y sobresalir en entornos
altamente exigentes en todo el mundo.
Sabemos por experiencia lo difícil que es alcanzar un cambio en la legislación
laboral. Éste solo será posible a través de un acuerdo social y político que
envuelva compromisos y concesiones de todas las partes, sobre las base de una
transacción de derechos y deberes. Pero estamos decididos a impulsar este
proceso, recogiendo lo avanzado por el Consejo de Trabajo y Equidad. Creo en el
diálogo. Y me voy a jugar por él.
Y me voy a jugar, también, por defender contra viento y marea el gasto social.
¿Por qué lo digo aquí, cuando estamos hablando de crecimiento y de empleo, me
preguntarán ustedes? Porque estoy convencido que el gasto social es LA
inversión más rentable que tiene Chile. A través del gasto social estamos
formando personas mas preparadas para mejorar la calidad del empleo y la
productividad, estamos ampliando nuestro mercado doméstico, estamos creando
las bases de una sociedad más estable, estamos combatiendo la inseguridad. Por
esto lo digo aquí, y por esto apelo a un consenso nacional sobre la necesidad de ir
incrementando nuestro mal llamado “gasto social”.
2a Tarea Estratégica: dar un salto en la calidad de la educación.
Dije antes que la prioridad de mi gobierno estará en el empleo. Pero no crearemos
más y mejores empleos si no atacamos a fondo los déficit que arrastramos en la
calidad de nuestra educación.
Mi gobierno va a renovar el compromiso del Estado con la educación pública, para
qué sea un eficaz canal de movilidad e integración social.
Vamos a incrementar sustancialmente la subvención por alumno a todos los
niveles, contra contratos de desempeño.
Usaremos todas las herramientas necesarias para garantizar una gestión
educativa de calidad, tanto en el ámbito municipal como particular-subvencionado.
Esto implica, entre otras cosas, revisar el actual modelo de municipalización,
intervenir las escuelas con peores resultados y mejorar la fiscalización de todo el
sistema.
Respetando los derechos adquiridos del magisterio, vamos a crear una Nueva
Carrera Profesional Docente, con mejores remuneraciones y más reconocimiento
8
9. social, pero sujeta a una evaluación obligatoria y a logros en el desempeño
profesional.
En el campo de la educación superior, vamos a garantizar a los estudiantes el
financiamiento adecuado, independiente del tipo de institución y de formación que
escojan. Al mismo tiempo, vamos elevar el aporte a las universidades estatales y a
las no estatales que hagan investigaciones, fomento cultural y extensión.
3a Tarea Estratégica: energía accesible, segura y limpia.
Durante los próximos años el país necesita aumentar en casi un 150% su
generación eléctrica en el Sistema Interconectado Central y 75% en el Sistema del
Norte Grande. Si no abordamos este desafío, toda nuestra estrategia de desarrollo
se caerá como un castillo de naipes. Sobre este tema me voy a extender un poco
más.
Los principios en base a los cuales vamos a actuar son los siguientes:
1. Asegurar un abastecimiento de calidad y del menor costo posible para hogares
y empresas. La factura energética ya es suficientemente elevada y no puede
seguir incrementándose.
2. Elevar nuestro nivel de seguridad energética. ¡Nunca más lo que nos pasó con
el gas natural! Pero aclaro: la cooperación internacional en un marco
diversificado es perfectamente compatible con la seguridad energética.
3. Precios y condiciones de operación atractivos para los inversionistas, con
rentabilidades que impliquen precios que se aproximen a niveles competitivos.
4. Una Ley de Eficiencia Energética que premie a los individuos y empresas que
hacen esfuerzos en este sentido, y que nos benefician finalmente a todos.
5. Un agresivo plan para transformar a Chile en un polo de desarrollo e
innovación de energías renovables no convencionales, donde Chile tiene
ostensibles ventajas comparativas. Nuestro norte tiene de los niveles más
elevados de radiación solar del mundo y eso es una ventaja estratégica que no
podemos desaprovechar. Durante mi gobierno desarrollaremos la Plataforma
Solar del Atacama, que además permitirá la desalinización de aguas y la
expansión de nuestra frontera agrícola.
6. Desarrollo de la hidroelectricidad, que es una fuente propia, almacenable,
renovable, y sin efectos sobre el cambio climático. Es una ventaja competitiva y
comparativa a la cual Chile no puede ni debe renunciar. Bajo mi gobierno la
hidroelectricidad se expandió como pocas veces en nuestra historia, y estoy
orgulloso de ello. La tecnología ha progresado en forma espectacular, y
podemos y debemos desarrollar proyectos hidroeléctricos con responsabilidad
social, con responsabilidad ambiental y con responsabilidad hacia las nuevas
generaciones. Las termoeléctricas estuvieron bien para la emergencia que
9
10. vivimos, pero no podemos seguir desplazándonos hacia una matriz carbono-
dependiente. Hay numerosos proyectos en proceso de evaluación, que deben
avanzar siguiendo estrictamente la normativa existente. Si la legislación
ambiental no otorga la confianza necesaria, tendremos que reforzarla; ¡pero no
podemos repetir un nuevo Campiche!
7. En cuanto a la energía nuclear, ésta es una cuestión estratégica que Chile no
puede dejar de evaluar si no quiere ver afectada su seguridad nacional.
Necesitamos la legislación, el sistema regulatorio, las instituciones y el
conocimiento técnico adecuados. Pero tiene que haber voluntad política para
avanzar. El gobierno de la Presidenta Bachelet ha realizado valiosos estudios
en la materia. Durante mi gobierno tendremos que crear una Agencia de
Energía Nuclear con estándares de gestión, calidad y planeamiento de clase
mundial.
8. Para desarrollar nuestros ambiciosos planes en materia de energía,
necesitamos del impulso del Estado. Tenemos un ejemplo muy concreto: si no
hubiese sido por el empuje del Presidente Lagos y de la Presidenta Bachelet a
través de ENAP y Codelco, ¿creen ustedes que tendríamos GNL?
Definitivamente no. Por lo mismo, aparte de los roles de regulación y
fiscalización, yo no descarto una participación más directa del Estado, sea
mediante garantías u otras modalidades, en el impulso de proyectos
energéticos innovadores. Necesitamos más energía, más segura y más barata;
y si el Estado debe actuar para ello, lo hará.
4a Tarea Estratégica: ser protagonistas de la nueva “economía verde”.
Los que creen que el cambio climático es un fenómeno hipotético, se equivocan:
todos los gobiernos del mundo están actuando decididamente para hacerle frente.
Los que imaginan que este fenómeno no afectará a Chile, se equivocan: el cambio
climático tendrá gigantescos efectos sobre nuestra vida, y hay que tener una
estrategia para adaptarse. Los que suponen que éste es un asunto del mundo
desarrollado, también están equivocados: un país como el nuestro, incrustado
como pocos en la globalización, se verá necesariamente afectado por las políticas
que el mundo adopte frente al cambio climático. Los que insisten con que este es
un tema de la izquierda, están muy equivocados: basta ver al Partido Conservador
británico, cuyo nuevo slogan es “vote azul y vuélvase verde.”
En fin, los que suponen que los efectos sobre Chile sólo se verán en el largo plazo
se equivocan rotundamente. Cualquier día de estos nuestras exportaciones se
pueden ver afectadas por penalizaciones impuestas por los países desarrollados
por la emisión de gases con efecto invernadero.
De otra parte, somos testigos de cómo los países desarrollados están destinando
billones de dólares para avanzar hacia una “economía verde”. El giro de los
Estados Unidos bajo el Presidente Barack Obama ha convertido esta tendencia en
un fenómeno global. Estamos ante una nueva revolución industrial. La “economía
10
11. verde” será un gran foco de la innovación y de creación de empleos en el futuro.
Chile se ha quedado abajo de muchas otras revoluciones industriales; ¡no nos
quedemos abajo de esta!
Debemos actuar ahora, y mirar esto una oportunidad. No podemos quedarnos
afuera ni llegar atrasados a este cambio de paradigma, que afectará la forma
como comerciamos, producimos, como consumimos, como nos transportamos,
como habitamos en las ciudades, etc.
Lo que propongo es poner a Chile entre los 10 países emergentes que están a la
vanguardia en el combate al cambio climático y en la construcción de una
“economía verde”, colocándonos metas exigentes en materia de emisión y
efectuando inversiones cuantiosas en la materia.
Al mismo tiempo, tenemos que evitar que los países desarrollados descarguen
sobre los países emergentes como el nuestro los costos de la reducción de
emisiones de gases de efecto invernadero. No podemos aceptar que nos
castiguen por una fiesta a la que no fuimos invitados. Ni podemos permitir,
tampoco, que se desconozca el aporte que hace Chile al planeta con sus grandes
plantaciones forestales y su matriz energética no contaminante.
Tenemos que sentarnos todos juntos a pensar en cómo defender los intereses del
país y en como ajustar nuestra economía a ese mundo que viene. Todos: Estado,
empresarios, científicos, trabajadores, ONGs y sociedad civil.
5ª Tarea Estratégica: fomento de la competencia y apoyo al emprendimiento.
Vamos a transformar el Ministerio de Economía y Reconstrucción en un Ministerio
de Desarrollo Económico, para alinearlo con el esfuerzo que los privados deben
realizar para competir con éxito en el mundo post crisis.
Quiero que sepan que en materia de intervención del Estado para facilitar el
emprendimiento, voy a pedir perdón todas las veces que sea necesario, pero no
voy a pedir permiso. Voy a usar todas las herramientas que permite la ley (y si hay
que cambiar la legislación, lo propondré al Parlamento para su decisión), para
fomentar el crecimiento y crear empleos productivos.
La crisis internacional ha hecho que recursos financiero y humanos de todo el
mundo estén buscando oportunidades. Gracias a que hemos hecho las cosas
bien, Chile se presenta como una plaza atractiva. Proponemos crear instrumentos
para atraer esos recursos a sectores estratégicos. Para este fin vamos a proponer
una Ley de Atracción de Inversión Estratégica y reformularemos el Comité de
Inversiones Extranjeras.
Vamos a respaldar sin vacilaciones a las grandes empresas chilenas para que se
conviertan en jugadores líderes a escala regional y global. Y vamos consolidar a
11
12. CODELCO como una empresa de clase mundial. Hay que aprobar la ley que está
en el congreso para darle gobierno corporativo adecuado, sacarle la mochila que
reprsenta la Ley Reservada del Cobre (que como se ha visto en estos días, se ha
prestado para casos de corrupción escandalosos), y darle acceso, a través de
fórmulas imaginativas, a los 10 billones de dolares que necesita en los proximos
años para desarrollar sus proyectos.
Vamos a dar apoyo a las empersas de menor tamaño para que puedan
profesionalizarse y acceder al mercado de capitales. Queremos reducir el costo
del fracaso, y apoyar con instrumentos específicos la re-conversión y el re-
emprendimiento cuando ello sea necesario. Vamos a crear una agencia pública
independiente, cuyo rol será defender a los emprendedores de menor tamaño ante
abusos de empresas privadas o de agencias del Estado.
Vamos a instaurar un diálogo estratégico permanente ente Empresarios,
Trabajadores y Estado, para concordar directrices orientadoras que nos ayuden
elevar el ritmos de crecimiento del país, así como la capacidad de generar
empleos. Tenemos que estar conversando sobre como adaptarnos a las
realidades cambiantes. Por lo mismo, el Diálogo Social permanente no es un
capricho ideológico; es una necesidad estratégica para el desarrollo económico de
un país pequeño como el nuestro. Así lo demuestra toda la experiencia
comparada.
6ª Tarea Estratégica: infraestructura para la competitividad y la calidad de
vida.
Es cierto que en esta materia hemos avanzado una enormidad en los últimos
años, y estoy orgulloso de lo que pudimos hacer durante mi gobierno anterior.
Pero en este plano, no avanzar implica retroceder. Mi propósito es dar nuevos
pasos al menos en las siguientes cuatro áreas.
1. Necesitamos mejorar permanentemente nuestra conectividad con la región y
con el mundo, porque de esto depende nuestro desarrollo. Con este fin
pondremos énfasis en el mejoramiento y multiplicación de los pasos
fronterizos, en aumentar la dotación de aeropuertos, y en mejorar nuestra
infraestructura portuaria. Un proyecto que vamos a estudiar concienzudamente
es el túnel de baja altura en el paso Los Libertadores.
2. El agua tiene un carácter estratégico, pero en Chile la botamos por carecer de
la institucionalidad adecuada. En nuestro país el agua es un bien nacional de
uso público. Pero el actual Código de Aguas no entrega los instrumentos para
hacer cumpir esta condición, al punto que en algunas regiones, como Atacama,
se está llegando a una situación cercana al colapso por la cesión indiscrimada
de derechos de agua. Nos proponemos actualizar el Código de Aguas para
mejorar la gestión de este recurso, asumiendo que éste debe adaptarse a la
realidad de cada región.
12
13. 3. También en relación al agua, nos proponemos aumentar el volúmen de agua
embalsada, y extender el abastecimiento de agua potable a zonas rurales y su
saneamiento. Así mismo, estableceremos un sistema de compensaciones
hídricas, que significa que todo proyecto que ingrese al sistema de evaluación
de impacto ambiental que demande agua, debe compensarlo o mitigarlo.
4. Vamos a seguir desarrollando la infraestructura necesaria para mejorar la
calidad de vida de los chilenos. Algunos puntos críticos son los by pass en las
ciudades, para que éstas no se vean inundadas de camiones; la armonización
de las autopistas urbanas con las áreas verdes; la mejoría de los espacios
públicos; y continuar la construcción de colectores de aguas lluvia.
Adicionalmente vamos a mejorar las condiciones de operación de la pesca
artesanal, crearemos nuevos espacios públicos costeros, y seguiremos con la
renovación de las ciudades-puerto.
5. Y vamos a continuar, desde luego, construyendo la infraestructura necesaria
para la plena integración del territorio nacional, mediante la construcción de
nuevas rutas como la Costera y la Altiplánica, la Inter-Lagos, la Austral, y la
Yendegaia en Tierra del Fuego, entre otras. Así mismo, reforzaremos la
conectividad de la zona austral, desde Los Ríos hasta Magallanes.
Para lograr todo lo anterior vamos a expandir el sistema de concesiones, el cual
se inauguró durante mi gobierno. Seguimos pensando que la alianza público-
privada es básica para desarrollar las nuevas rutas, conservar las redes viales,
construir nuevos puentes, mejorar los aeropuertos, así como edificar hospitales y
otra infraestructura pública.
7ª Tarea Estratégica: modernizar el Estado.
Si no avanzamos en la modernización del Estado, francamente se los digo, no
podremos llevar a cabo las tareas estratégicas que he mencionado anteriormente.
Ni podremos, tampoco, aprovechar las oportunidades que abre a Chile la nueva
economía global post crisis. Necesitamos, pues, hacer un gran esfuerzo de
modernización del Estado, llevando la cooperación publico-privada a niveles
inéditos en nuestra historia.
Noto con preocupación que estamos comenzando a padecer una cierta fatiga
institucional. Si no la enfrentamos, esto va a repercutir en nuestro crecimiento, y
también en la gobernabilidad del país. Hay muchos síntomas de esta fatiga,
algunos más visibles que otros.
El primero es el problema de seguridad ciudadana. Se necesitan más recursos y
mejores políticas, no hay duda; pero se requieren también mejores instituciones,
más profesionalización, y mejor gestión y coordinación.
El segundo es el tema de los pueblos originarios. Rechazo totalmente los actos de
violencia que se han perpetrado últimamente, y estoy por aplicar todos los
13
14. recursos que la ley dispone, porque en Chile somos todos iguales ante la ley. Pero
esto no debe llevarnos a pensar que la solución de este asunto es meramente
policial y judicial. Hay aquí envueltos temas de justicia, de dignidad, de
integración. Tenemos que aprender de lo que han hecho otros países parecidos a
nosotros, como Nueva Zelandia. Chile no tendrá un desarrollo sostenible si no
enfrenta este tema: así de claro. Tenemos que crear una institucionalidad y una
cultura que incorpore y reconozca a nuestros pueblos originarios, que son la raíz
del pueblo chileno. Es una deuda que tenemos no solo con ellos, sino con
nosotros mismos.
El tercer fenómeno que me inquieta es el retraso que tienen los proyectos de
inversión por efecto de trabas burocráticas y de señales contradictorias de parte
de diferentes autoridades. A los amantes del trámite, a los “apitutados”, a los
“operadores políticos”, a los “facilitadores”, quiero decirles que no tendrán espacio
en mi gobierno. No puede ser que las instituciones del Estado (incluyendo a los
municipios) compitan entre sí por quién le pone más trabas a las empresas que
quieren desarrollar un proyecto. Las empresas deben respetar las leyes y
regulaciones, no hay duda; pero hay que terminar con este deporte de quién le
pone más trabas a la inversión.
El cuarto tema que me preocupa son los signos de corrupción, tanto a nivel del
sector público (en todos sus niveles) como del privado. La Alta Dirección Pública,
bajo el Presidente Lagos, y la Ley de Transparencia, bajo la Presidenta Bachelet,
fueron dos reformas revolucionarias. Nos proponemos dar nuevos pasos de este
mismo tenor.
En quinto lugar, quiero decir que el grado de centralismo que tienen nuestras
instituciones ya no da para más. Un informe reciente de la OECD señala que el
centralismo es uno de los factores que explica la caída de nuestra productividad.
La noción de que todo fluye desde arriba hacia abajo, desde Santiago a las
regiones, y de que hay una solución que es válida para todo Chile, está agotada.
Chile es cada vez más diverso y más complejo. Llegó la hora de pensarlo y de
gestionarlo desde las regiones, con estrategias y políticas específicas a cada
contexto. Que hay riesgos en esto, lo sé; pero a la larga, la descentralización será
buena para nuestra democracia, nuestra economía y nuestra calidad de vida.
Por último está la crisis de legitimidad que están padeciendo las instituciones
democráticas, desde el parlamento a los partidos. Algunos parecen gozar con
esto, sin darse cuenta que estas instituciones con vitales para la gobernabilidad y,
por ende, para el desarrollo del país. Devolverles legitimidad a estas instancias,
aumentando la transparencia, la rendición de cuentas y la democracia interna, es
una tarea urgente.
Podría poner muchos otros síntomas de nuestra fatiga institucional y de los
campos donde es indispensable la modernización del Estado. Pero lo que me
interesa subrayar es que son este tipo de problemas, y no una cuestión ideológica,
lo que me ha llevado a plantear que pongamos en discusión una nueva
14
15. Constitución. Es necesario, y estamos de sobra maduros para tener esta
discusión.
4. “REVISAR NUESTRO CAMINO”
Ustedes me conocen: yo soy esencialmente un hombre práctico. A mí no me
interesa entrar en un debate acerca de quién tenía razón y quién estaba
equivocado respecto a la crisis internacional. No me interesa dilucidar qué
aspectos de las teorías económicas fallaron, ni si el futuro del capitalismo seguirá
por la senda estadounidense o irá por la senda europea o la china. Dejémosle esto
a los intelectuales. Yo no tengo ideologías ni dogmas que defender.
A veces me critican por ello, pero soy esencialmente pragmático. No pragmático
en el sentido del que renuncia a sus sueños; soy pragmático en el sentido de una
vocación permanente por hacer los sueños realidad. Sólo creo en los modelos que
funcionan; en aquellos que demuestran servir para conseguir los valores en los
que creemos: justicia social, libertad, felicidad.
Yo no soy de los que tienen un discurso para cada audiencia. Voy a ir con este
mismo equipo a plantear nuestra estrategia de crecimiento ante dirigentes
sindicales, líderes de la sociedad civil y medianos y pequeños empresarios. El
país tiene que encarar tareas estratégicas de gran envergadura. Y para abordarlas
requiere diálogo, requiere cooperación público-privada, requiere acuerdos
transversales, requiere unidad nacional.
No vamos a tener mas crecimiento sin mas innovación. No vamos a tener más
innovación sin mayor competencia. No vamos a tener más productividad sin mejor
capital humano, sin mejor infraestructura y sin energía a precios razonables. No
vamos a tener más desarrollo sin más emprendimiento. No vamos a tener más
emprendimiento sin mmayor protección social, sin mayor apoyo a las buenas
ideas. Y no vamos a tener mejor calidad de vida sin cuidar nuestro medio
ambiente. Para conseguir todo esto, requerimos más Estado. Lo dije en otra
ocasión y lo repito: más Estado. Y desde luego, un mejor Estado.
En los últimos 30 años, en parte por los excesos del pasado, pero en parte
también por corrientes ideológicas que llegaron a demonizarlo, en Chile hemos
tenido que dar explicaciones cada vez que hemos querido que el Estado
intervenga en la economía.
Esto se acabó.
El Papa Benedicto XVI, en su encíclica reciente, nos recordó que el mercado tiene
muchos méritos, pero no produce la “cohesión social”, lo cual “es responsabilidad
sobre todo de la comunidad política”. Y con relación al Estado señaló: “su papel
parece destinado a crecer, recuperando muchas competencias” para “corregir
errores y disfunciones”.
15
16. La crisis económica mundial, nos indicó también el Papa, “nos obliga a revisar
nuestro camino, a darnos nuevas reglas y a encontrar nuevas formas de
compromiso”. Yo los invito a acoger su llamado. A abrir las mentes y quebrar los
prejuicios, y buscar acuerdos sobre los cambios de fondo que se requieren para
que Chile alcance un desarrollo sostenible en esta generación.
Muchas gracias por vuestra atención a estas ideas que quisiera sean objeto de un
gran debate nacional.
16