Este documento es un discurso dirigido a los soldados que busca persuadirlos de que la guerra a muerte declarada contra los españoles y canarios en Venezuela fue un grave error que condujo al caos y la destrucción. Argumenta que la clemencia y el respeto a las leyes son la única forma de ganar el apoyo del pueblo y derrotar a los enemigos sin caer en la violencia y la corrupción.

1. Tomado de Libro VII (48) de la Colección de Pedro Manuel Arcaya.
Transcripciones de documentos.
Archivo Histórico del Estado Falcón – UNEFM. Coro
PROCLAMA
Soldados! Para daros una idea completa de cada una de las causas, qe. han
producido en Venezuela los males qe deploramos, era preciso referiros prolixamte quantos
hechos han ocurrido alli desde el año 1808. hasta la epoca presente; mas no es materia esta
para un proclama, sino pa. una historia de muchos volumenes; siendo bastante pa.
convenceros y persuadiros de la necesidad que teneis de exercitar vuestras virtudes en esta
nueva campaña, haceros ver qe. la muerte a guerra, declarada indistintamente contra todo
Español, ó Canario, ha sido la primera y principal causa de la ruina de aquellas Provincias.
Por eso os hablaré aora de ella solamte. demostrandoos con evidencia quales han sido sus
mas fatales, pero necesarias consequencias.
“Españoles y Canarios! Contad con la muerte aun siendo indiferentes” Esta terrible
clausula, qe. ha extremecido al genero humano, mas por su solemnidad que pr. su
cumplimiento, atraxo en Venezuela justamente la maldicion de los hombres sensibles. El
realista y el republicano, el opresor y el oprimido, el despota y el esclavo: todos quedaron
aun mismo tpo. herido vivamente del pasmo y del dolor, quando supieron tan absurdo como
alarmante decreto.
Apenas se atrevieron á creer los ojos, qe. vieron la practica de semejante crueldad;
quando a favor de los momentos de inacción, qe. suceden al espanto y a las insertidumbre,
pudo tremolarse el estandarte sangriento de la muerte en casi todos los pueblos de
Venezuela.
Pero vueltos en si estos mismos Pueblos, hallaron manchado con tan negro borron el
dulce caracter de los Americanos; y olvidandose con menos repugnancia de las injurias
recibidas de los Españoles, creyeron mas conforme a su deber dar al público una
satisfacción completa de tan horrendos crimenes, armandose en masa pa. castigarlos con
sus propias manos al modo qe. un padre circunspecto corrige con rectitud los excesos de su
familia.
En los miserables pueblos de Bayladores como los famosos Valles de Tuy, que distan
entre si mas de doscientas leguas, hemos visto al concluir la primer campaña encenderse
simultaneamente un mismo espiritu de insurrección. La Guadarrama, Pedraza, Guarico,
Tugure &a. que por su grande y tortuosa distancia, no podian facilmente comunicarse las
ideas de conspiración, levantan a un mismo tiempo el tremendo grito de la guerra contra sus
hermanos.
Los Españoles y Canarios, que huyeron de la muerte conque se les amenazó, se
aprovechan de tan funesto elementos pa. formar unos exercitos desoladores, a cuya cabeza
venian ellos mismos, como infernales furias a aniquilar sangrientos quanto se les presentaba
por delante.
Pierden mil batallas, se les ofrece amnistia; mas creyendose indignos ya de la
clemencia del vencedor a vista de los crimenes executados en los accesos de su furor
primero; persisten en su obstinación quemando con barbara fiereza las mas bellas y ricas
poblaciones, asolando los campos y cometiendo quantos horrores pueden atribuirse a los
genios del mal y de la impiedad; Tal ha sido el fatal resultado de la guerra a muerte, que se
adoptó como un arbitrio seguro pa. conseguir la pacificación de los Estados de Venezuela.
Se creyó qe. al saber los Españoles y Canarios su proscripción absoluta abandonarian
facilmente sus casas, sus familias y sus propiedades, huyendo despavoridos al otro

2. emisferio; funesto error, que lejos de producir a los pueblos de aquella Provincia las ventajas
que se les prometian, los envolvió dolorosamente en una guerra obstinada, sangrienta y
destructotra, que los ha perdido.
Huyeron efectivamente los proscritos que pudieron hacerlo, de los lugares donde
peligraban su vida; pero dejaron dentro de nosotros a sus mugeres, hijos y amigos, que no
murieron por ser Americanos. Estos han sido y podido ser inpunemente mas peligrosos
enemigos nuestros, que triplicado numero de Españoles: ellos seducian con fruto la gente
comun; ellos servian de espias y daban a los contrarios perjudiciales avisos de nuestras
operaciones, y ellos en fin han conseguido vengar horrorosamente la sangre del esposo, del
padre, del amigo.
Los profugos usan contra los nuestros, como debia temerse, la misma guerra a
muerte, que se le habia declarado, justificando como inumano proceder con la conducta de
su enemigo
Se aprovechan, como se ha dicho, de la casi general conspiración de aquellos pueblos
cuyos vecinos animaban ellos desde los puntos de apoyo a donde se habian refugiado en los
momentos de sus primeras desgracias: poseidos de auqel espiritu desolador qe. inspira la
rabia, el encono y todas las paciones juntas del odio y del rencor mas desapiadados, cargan
sobre los republicanos: y reunidos por este enlace de circuntancias, forman escuadrones
numerosos de caballeria pa. tener a los patricios en la mas cruel y desastrosa guerra, qe.
puede imaginarse.
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A su ves huyeron de las poblaciones indefensas aquellas personas que con su opinion
y respeto sostenian en ellas el partido de la independencia; y de esa manera quedaron la
provincias y ciudades del interior en poder de su tribus feroces de salteadores que han hecho
intrancitable los caminos e inhabitables los lugares.
Entran en campaña las tropas de la república y apenas podian dispersar al enemigo
por la falta absoluta de caballeria en que perseguir los hta. el exterminio; pues los caballos,
como estsban todos los llanos en su poder se internaban los llamados libertadores y solo
podian contar con el terreno que pisaban dentro del tiro de fucil o cañon en campo raso, por
qe. al momento se veian rodeados de gruesas caballerias, que les impedian acopiar ninguna
especie de viveres para mantenerse en los asedios que continuamente sufrian.
Sostenidos por el valor y la constancia transcitaban de lugar en lugar, quando al pasar
por los bosque llovia sobre ellos de manos invisible un diluvio de flechas, que sin poderlo
evitar, les hacian traidoramente los mas terribles estragos.
Se pensó contener estas desgracias con el decreto de 28 de Enero del año pp. qe.
concedian indulto y perdon general a todo individuo sin distinción de origen que por qualquier
pretesto hubiera hecho armas contra la república, con tal qe. se presentase a sus Gefes y
magistrados, negando quartel solamente a aquellos Americanos, Españoles ó Canarios que
fueran apreendidos con las armas en la mano.
Pero este remedio distaba ya del mal, y por mas saludable qe. fuese la disposición,
qe. sin atender al nacimiento, condenaba al culpado solamente, no estaba ya los animos en
temperamento de recibir esta clase de medicinas. Eran tantas y tan atroces las injurias, que
los regentistas habian irrogado a los patriotas, que no se atrevian los complices en los
crimenes de aquellos a confiar en las mas sinceras promesas de estos, antes las
interpretaban como hijas del miedo y el desaleinto; ved aqui en bosquejo la honrosa tragedia
de la libertad en Venezuela....!
Fueron por fin reducidas a la mas dura esclavitud aquellas ricas y preciosas Provincias
a causa de la concurrencia y a aplicación de los erroneos principios que hemos indicado. ¿Y

3. habra todavia quien sostenga delante de vosotros, ó quiera persuadiros que debe seguir el
absurdo plan de guerra a muerte, no habiendo correspondido practicamente los efectos a
fines que se propucieron sus autores?.
Desengañenos: el imperio del terror es momentaneo; hace hipocritas y no fieles
amigos siendo verdad constante que el corazón recentido busca sin cesar, y no pocas veces
halla, recursos de vengar sus agravios.
¿Os diran acaso que asi merece ser tratado un enemigo infractor de todos los
derechos? Mas yo respondo: que debe distinguirse lo justo de lo conveniente: y preferir los
medios de conseguir nuestro fin a la satisfacción de vengarnos.
Soldados nuestra guerra es de pura opinion, y para que podais inclinar la de los
contrarios al partido que defendeis, es preciso que les presenteis una conducta
irreprehensible.
Es locura imitar su proceder si quereis persuadirles su iniquidad. Seguir su exemplo es
en cierto modo aprobar sus errores.
La firmeza en los combates, como la clemencia en las victorias, son muy dignos del
Exto. de heroes que tengo la gloria de mandar. Sabed que obrando de este modo, aunque
nuestra causa no fuese evidentemente buena, nuestros hechos la harian convenientemente
amable.
Tiene el corazon del hombre una tendencia natural a aprobar las acciones buenas y
reprobar las malas. Pero si en una contienda como la nuestra guardasen equilibrio siempre
los excesos de una y otra parte sin dejara termino de comparación para establecer diferencia
entre lo justo y la voluntad de los disidentes, como un cuerpo casualmente dirigido pr. un
primer movimiento, siguiendo perplexa la ruta de su elección primera.
La gente comun en materias, que como las politicas, no se hallan a su alcance, obra
ordinariamente conforme a los habitos de sus costumbres La parte racional del cuerpo
humano, que no ha recibido en ellos impresiones de un orden superior, con difucultad
pueden elevar sus ideas sobre la esfera de sus conocimientos. Ymegenes sencibles del bien
o del mal son las que deben inclinarlos en la limitación de su ignorancia al partido que mas
ostente las apariencias de su bondad. Pero si estos objetos no se presentan de un modo
perceptible a los sentidos mecanicos de esta clase de hombres, ellos no pueden renunciar a
sus antiguos dros.
¿Habian oido jamas los habitantes de los llanos de Venezuela los dulces nombres de
patria, libertad, independencia &a. pa. saber quanto les importa defenderla? ¿Pueden ellos
comprehender lo que es derecho de gentes infrigido por los enemigos, para serles fecil
convencerse de los fundamentos de la guerra a muerte....? No, señor, y por eso es preciso
que ganeis su aprobación, oponiendo al terrorismo cruel la generosa humanidad; a la perfidia
la buena fé; a la tumultuaria licencia, la respetuosa sunisión a la ley; y finalmente a todos los
vicios juntos de una soldadesca desenfrenada, quantas virtudes reunen o deben reunir los
Ciudadanos qe. intentan fundar una República.
!Bellas teorías! os dirán algunos burlandose, pa. aplicarlas en la reducción de unos
hombres corrompidos, que habiendo carecido en su educación brutal y selvática de aquellos
principios de moral, qe. podian hacerlos accesibles á la justicia; tubieron sus animos
dispuestos pa .comprometerse en el partido enemigo, donde se alhagan las pasiones y se
erigen simulacros a la impiedad.
Tales son los inconvenientes, que se alegaran por su error demaciado comun, pa.
persuadiros la necesidad en negar quartel a los prisioneros de guerra; mas esto no es en
realidad el medio acertado qe. inspira la fria razón, ni el mas conveniente arvitrio, que
suministra la sabia politica pa. conseguir nuestro deseado fin. Una conducta enteramente
opuesta a la del enemigo asi como será un freno pa. contener la esteril venganza de los

4. particulares, es la unica, que obrando en favor del interes general, puede producirnos
dichosamente la salvación de la patria.
Es cierto que no se halla el hombre en estado de conocer sus errores mientras en sus
extravios se ve protegido de la fortuna, pero quando se considera desgraciado, no deja, pr.
mas corrmpido que este su corazón, de entrar alguna vez en si mismo a moralisar sus
acciones, siendo este el precioso momento en que se le puede desengañar facilmente.
Asi el prisionero, que, cayendo en nuestras manos, debe esperar según el examen y
remordimientos de su conciencia el merecido castigo de sus delitos, no puede menos de
reconocer siendo perdonado tan generosamente, un fondo de justicia y beneficencia en el
partido qe. defiende su vencedor. He aqui donde empiesa su desengaño y la favorable
desición de su voluntad!
Si no ha sucedido asi con los que se perdonaban en la visperas de perder a
Venezuela, ha sido pr. qe. la debilidad de nuestras fuerzas no podian ya asegurar la suerte
de los perdonados, pa. qe. abandonado el partido del mas fuerte, donde tenian buena
acogida, se aventurasen a seguir el nuestro en el estado en que se hallaban entonces los
exercitos de la república contra el primer interes de su existencia, resolución que no puede,
ni debe esperarse de una gente falta de la ilustración necesaria para aspirar a la gloria de
semejantes acciones.
De aqui se sigue, qe. nuestra fuerza debe ser empleada solamente en desarmar al
enemigo, que nos hace la guerra en Venezuela, y reducirle al caso de pensar en mejorar su
suerte, dejando qe. obre a su turno la politica en el corazón de semejantes hombres pa.
aficionarlos a nuestra causa y comprometerlos por los grados en la debida defensa de sus
derechos.
Os diran tambien que en tiempo de resolución no puede haber orden, ni concierto en
nada; y que debe reputarse por un hombre ridiculamente flemático, extrabagante y de poco
mundo al que reclama en la epoca presente el util cumplimiento de las Leyes.....
De este modo pretende subvertir los inalterables principios de la justicia aquellos a
quienes pueden perjudicar esta reforma; mas no debeis dejaros alucinar con semejantes
maximas, si teneis un verdadero interes en la felicidad de la república, debiendo estar
persuadidos de qe. es la mayor de las desgracias perder el rastro de sus obligaciones y obrar
confusamente sin observar ninguna regla.
Es cierto que en todas las resoluciones politicas se han esperimentado el proncipio
crueldades y desordenes; pero no es menos constante que las que no se han sujetado por
fin a estas reglas, que prescribe la razón, han terminado infelismente, como la de Inglaterra
en tiempo de Cromwem, y la de Francia en nuestros dias.
No hay que dudarlo, soldados, nosotros debemos ser en todos tiempos una imagen de
la armonia del universo, que no conserva su hermosura, sino por qe. guarda las mas exactas
proporciones.
Quitese al mundo el orden, y le veremos transformado en un caos de horror; dejese al
hombre sin otra guia que sus caprichos y paciones, y no hallaremos ya correspondencia
entre el espiritu y su corazón. Se confunden entonces las ideas, se extravia la imaginación,
se engaña a la conciencia, la razón, se oscurece, y el alma se hace morada de la turbulencia
y la confución.
Y en este estado la relaxación a que os ha de conducir precisamente el desorden, os
podran recibir, como libertadores los pueblo de Venezuela. Nada menos que eso: no
necesitan sino saber las maximas que os rigen pa. qe. les causen susto y horror. Os miraran
como unos monstruos de injusticia que turban la harmonia en sociedad, irritan la modestia,
sublevan la razón é insulta al mismo cielo con una onsolencia que a todos amotina.
Elevaos al origen de las leyes y hallareis qe. han sido establecidas pa. salvar las

5. sociedades de estos mismos horrores, y que a los observancias de ellas se debe la duración
de los gobiernos que han inventado los hombres pa. qe. se les administre justicia.
La justicia, dice un sabio, afirma los imperios: la injusticia los disuelve y esta es la
causa principal de inclinarse el corazón humano en una guerra de disida. como la nuestra, al
partido que mas procura acercarce al orden de la justicia; pues, quando ha pasado el primer
calor de la disputa, ya no se hacen esfuerzos sino por conseguir la seguridad personal
altamente comprometida con los reciprocos agravios que se han hecho de una y otra parte;
en cuyo estado solo prevalece la razón del vencedor mas justo, clemente y generoso.
A esta ventajoso situación se ven reducidos los pueblos conspirados de Venezuela.
Nuestra fuerza es excesivamente mayor que la suya. Ellos han agotado en los furores de la
anarquia mas espantosa aquellos recursos que podian servirles, para su defensa; y, sin
esperanzas de que les vengan de otra parte, se hallan en el caso de ceder; pero quizá no se
atreveran a hacerlo; por que temen, como es regular, el castigo de esos mismos crímenes
con que han obrado su propia ruina. De manera que solo peliaran ahora por la seguridad de
su existencia.
Empleemos pues, todas nuestras fuerzas en desarmarlos solamte. concedamosle por
una sola vez el perdon de sus delitos pasados, que es el unico bien a qe .pueden aspirar en
tales circunstancias; reprimamos las venganzas de los particulares y la paz será sin disputa
la feliz conceqa. de tan saludables medida, terminando de este modo la guerra de disidencia
con nuestros hermanos de Venezuela que tantos males han causado a su patria.
!Ved aqui, soldados, las beneficas instrucciones que tengo del gobierno General qe.
me a nombrado pa. que os dirija en esta campaña! corresponded a las esperanza de
vuestros conciudadanos, acreditando los rapidos progresos que habeis hecho en la diciplina
militar, y justificando con vuestra acciones el sublime concepto que se tiene de vuestras
virtudes! Que ellas os libren de la execración de vuestros conciudadanos y las maldiciones
de la posteridad; que ellos os pongan a cubierto de las penas que aplicaré inflexible á todo el
que osare desviarse de unos principios tan justo como la causa que defendeis, y que ellas en
fin detengan siempre suspenso el formidable brazo de la ley que esta levantando pa.
descargar su terrible golpe sobre la impia cabeza de sus infractores! Dada en Pore a 6 de
Julio de 1815.- Joaquin de Ricaurte – Por mandato de su Sra – Pedro Montaña: Secretario.-
Es copia fielmente sacada de la se original, Maracaybo Julio 31 de 1815.-
Ramón Correa.-