La celebración del Niño Rey de Reyes en la ciudad de Riobamba, Ecuador atrae a miles de fieles católicos cada diciembre y enero. La festividad incluye una novena de nueve días organizada por el prioste designado para ese año, y una procesión multitudinaria el 6 de enero desde el barrio Santa Rosa hasta la iglesia de la Loma de Quito. La fiesta se financia a través de contribuciones de amigos y familiares del prioste. Los pases del niño y la música de curiquingue ro

1. Al son de los curiquingues, baila el Rey de Reyes
Alex Chafla
En la provincia de Chimborazo y en la ciudad de Riobamba, durante los meses de
diciembre y enero, el pueblo católico, hace visible a la ciudad en manera
multitudinaria su religiosidad y fe en los favores que otorga el "Niño Jesús", a sus
devotos. Esta celebración, se ha mantenido por mucho tiempo en la que tienen
principal protagonismo los dueños de los distintas imágenes de niño Jesús, que se
denominan Fundadores.
Cada 6 de enero, en diversos puntos del país, se celebra el día de los Reyes Magos. En la
ciudad de Riobamba este día es muy especial ya que aquí se venera al Niño Rey de Reyes con
gran devoción, esta fiesta se inicia con la Novena que es un tipo de oración que dura nueve
días y sirve para obtener un favor especial, la misma que es organizada y patrocinada por el
prioste de ese año, quien ha sido designado para este cargo por los dueños de la imagen, la
familia Mendoza.
El último día de esta festividad se realiza una procesión desde el tradicional barrio Santa Rosa
hasta la iglesia de la Loma de Quito, en la que participan miles de fieles, se financia la fiesta
por medio del "priostazgo" y las llamadas "jochas¨ que son las colaboraciones entregadas por
los amigos y familiares del prioste, destinadas para la banda de pueblo, los danzantes, la
comida, etc.
Éste junto a los más de cientos pases del niño que se realizan durante los meses de
diciembre y enero, rompen la normalidad de la ciudad de Riobamba, la misma que se
adorna en su tranquilas calles, el tráfico es detenido y sus habitantes como los turistas
tienen la imagen de que se detiene el tiempo, la danza nos influye a sumarnos a los ritmos
festivos, la música se escucha por parques, plazas y por un momento la alegría invade a
todos los creyentes y no creyentes, devotos y curiosos y al son del curiquingue bailan con
alegría.