Qatar pagó 780 millones de euros a la FIFA para ser sede de la Copa Mundial de Fútbol 2022. Qatar es un pequeño país en el Medio Oriente, con una población de 2.6 millones y una economía basada en los hidrocarburos. Sin embargo, los trabajadores migrantes que construyeron la infraestructura para el Mundial a menudo sufrieron malas condiciones laborales y abusos de derechos humanos.