Las comunidades cristianas horadaron cuevas en las rocas de Capadocia entre los siglos V y VI para protegerse de los romanos, y más tarde esas cuevas se utilizaron como iglesias y refugios. Más de mil años después, un laberinto de pasadizos subterríos excavados en la roca unió 27 habitaciones que ahora ofrecen alojamiento de lujo con camas, baños de mármol y muebles otomanos, además de un restaurante interior y otro al aire libre para disfrutar de la experiencia única