Las redes de telecomunicaciones como Internet proporcionan la capacidad para intercambiar información a distancia de forma descentralizada a través de protocolos como TCP/IP, lo que permite que redes físicas heterogéneas funcionen como una red lógica global. El modelo TCP/IP se creó en la década de 1970 para evolucionar de ARPANET, la primera red de área amplia y predecesora de Internet.