Las redes inalámbricas permiten la comunicación entre dispositivos a través de ondas electromagnéticas sin necesidad de cables, lo que facilita una rápida instalación y conexión de clientes móviles de difícil acceso físico. Estas redes usan estaciones base para conectar las redes inalámbricas a redes cableadas y ofrecer velocidades de hasta 4 MBPS, dependiendo de factores como la luz, además de proporcionar mayor movilidad.