El documento agradece las cosas naturales que están presentes de forma automática y que nunca fueron pedidas, como aromas, sonidos, colores, la obra del hombre y la naturaleza, y la armonía de los cinco sentidos y los cuatro elementos. Agradece específicamente el aroma de los colores, la textura de la vida, el perfume de la noche, la luz sobre el olvido, la música del atardecer, los mensajes ocultos, el llanto de la niebla, la sangre de la tierra, los espíritus del cielo y los contrastes