Este capítulo distingue tres tipos de motivos para las acciones humanas: órdenes, costumbres y caprichos. Las órdenes implican hacer algo para recibir una recompensa, mientras que las costumbres surgen de la rutina y la comodidad. Los caprichos provienen de deseos internos espontáneos. Tanto las órdenes como las costumbres parecen imponerse desde fuera, mientras que los caprichos brotan desde adentro sin coerción externa.