La responsabilidad implica asumir las consecuencias de nuestros actos y es un valor importante para la estabilidad. Podemos desarrollarla tomando decisiones adecuadas, cumpliendo con nuestras obligaciones y buscando soluciones a los problemas. En la familia, significa apreciar a los padres, contribuir armoniosamente al hogar, obedecer a los miembros y desarrollar nuestras habilidades.