La Constitución de la República de Colombia de 1991 estableció un estado social de derecho, planeado en beneficio de la comunidad. Reconoce la diversidad étnica y cultural del país y crea mecanismos para proteger los derechos de grupos indígenas y minorías. Además, define a Colombia como un estado unitario descentralizado, con entidades territoriales autónomas que gozan de autonomía para administrar sus asuntos locales.