En las flores no hay solo aromas y belleza.
En esta historia te sumergirás entre flores y enloquecerás sin saber el por que de las cosas. Lee y averigua.
Imma Merino indaga en la evocación del desnudo, en la capacidad de
proyectar la evidencia de lo insinuante, contenido en la fragilidad de la belleza
femenina.Exhibe cuerpos desnudos , fragmentos, pechos , variados desnudos
femeninos en diferentes posiciones. En este contexto destaca la importancia de
las sombras, del poder de la sombra y la luz, en una obra pictórica muy bien
dibujada. Asimismo sobresale el color, que se funde con las sombras y los
desnudos, como si fuera gotas de agua, constatando el poder del agua, la
fuerza del líquido elemento.
Todo
Imma Merino indaga en la evocación del desnudo, en la capacidad de
proyectar la evidencia de lo insinuante, contenido en la fragilidad de la belleza
femenina.Exhibe cuerpos desnudos , fragmentos, pechos , variados desnudos
femeninos en diferentes posiciones. En este contexto destaca la importancia de
las sombras, del poder de la sombra y la luz, en una obra pictórica muy bien
dibujada. Asimismo sobresale el color, que se funde con las sombras y los
desnudos, como si fuera gotas de agua, constatando el poder del agua, la
fuerza del líquido elemento.
Todo
ROMPECABEZAS DE ECUACIONES DE PRIMER GRADO OLIMPIADA DE PARÍS 2024. Por JAVIE...JAVIER SOLIS NOYOLA
El Mtro. JAVIER SOLIS NOYOLA crea y desarrolla el “ROMPECABEZAS DE ECUACIONES DE 1ER. GRADO OLIMPIADA DE PARÍS 2024”. Esta actividad de aprendizaje propone retos de cálculo algebraico mediante ecuaciones de 1er. grado, y viso-espacialidad, lo cual dará la oportunidad de formar un rompecabezas. La intención didáctica de esta actividad de aprendizaje es, promover los pensamientos lógicos (convergente) y creativo (divergente o lateral), mediante modelos mentales de: atención, memoria, imaginación, percepción (Geométrica y conceptual), perspicacia, inferencia, viso-espacialidad. Esta actividad de aprendizaje es de enfoques lúdico y transversal, ya que integra diversas áreas del conocimiento, entre ellas: matemático, artístico, lenguaje, historia, y las neurociencias.
La Unidad Eudista de Espiritualidad se complace en poner a su disposición el siguiente Triduo Eudista, que tiene como propósito ofrecer tres breves meditaciones sobre Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote, el Sagrado Corazón de Jesús y el Inmaculado Corazón de María. En cada día encuentran una oración inicial, una meditación y una oración final.
2. Es primavera. Es primavera y aun así siento ese frio invernal que no
termina de escapar de mi. Los frutos empiezan a caerse y las flores a
abrirse.
Navego en un vals de reminiscencias.
3. Cada color facetico me da alusión a un recuerdo borroso en aquel lago turbio.
Navego, entonces, observando en el reflejo de un lago pintado por recuerdos
invernales versos de pequeñas historias con necesidad de ser escritas.
8. En el entretiempo del invierno trasmutando al incipiente
verano del año 1901, se encontraba una humilde y gentil primavera abarrotada de capullos y
brotes hermosos,
vivos colores que deseaban la inmediata cercanía.
11. Había miles del flores en
la orilla, pero un grupo
de lilas en particular me
llamo la atención.
Me acerque poco a
poco, casi como si fuera
un invitado ante tal
belleza, empecé por
admirarla, luego tocarla.
Hice algunos bocetos
para intentar no
olvidarla.
Lamento profundamente
no ser capaz de describir
esa flor.
12. Con una fragancia exótica pero extrañamente familiar.
Penetrante, llenándome de ella por completo. Belleza infinita.
Hay ciertos reflejos del sol sobre sus pétalos, un relámpago de promesas ya
pagadas.
Ese color, esos sentimientos. Tal belleza es indescriptible. Sofisticada y
elegante, extremadamente delicada.
13. El viento genera
unos movimientos
majestuosos en ella.
Podías pasar horas
admirando esa
belleza, la forma en
la que el viento
movía sus ropas y
sus cabellos.
O el hermosos
pañuelo color cielo.
Verla era como
sentir una juventud
eterna recorrer
todo tu cuerpo, una
sonrisa inevitable
formándose en mis
labios.
Juventud eterna…
14. Unas simples lilas.
Arranco una de las flores, y la
dejo en una de las puntas del
bote, por si quiero describir
su magnitud mas entrada la
noche.
19. El ocre, cálido y reconfortante, se siente como su mano sobre la mía,
en un desesperado pero discreto encuentro de nuestras almas
20. Sus toques
y su mirada,
cálida,
reconfortante.
Aquella flor
guardada hizo sentir
su perfume…
21. Ya no es lila, es un color amarillento, casi transparente. No debí guardarla, dejarla marchitar.
La deje y deje que muriera sola.
En un seco invierno muere. Su juventud eterna desvanecida en instantes.
Solo me quedan bocetos de ella.
Solo eso era, solo eso queda. Y cada color, cada movimiento, cada único recuerdo.
23. Una voz fina y seca como el
frio invierno pero cálida como
un niño agradeciendo a su
madre susurraba en mi oído.
Las palabras no eran claras,
pero si se distinguía una frase:
“Muerte y más muerte se
avecina en aquel callejón sin
salida.”
Debo salir.
Noto un leve aroma a lilas.
Todo es azul.
Todo es frio.
No siento mis manos y caigo.
Sigo cayendo.
Me despierto.
24. El atardecer fue opacado
Siento ese helado invernal, pero ya no tengo frio.
y se ve de reojo la luna en el cielo.
Es primavera.
Es de noche.
25. El sol solitario, rojo y cálido va naciendo en aquel amanecer. Es como si fuera eterno. Los colores
ocre, cálidos, y los colores azules, pálidos, se mezclan entre ellos formando un hermoso e
indoloro espectáculo.
26. Cada vez estaba más cerca del puerto. No he sentido tantas ansias por llegar y salir de este
barco navegante de aguas de alusión fría y seca desde esa noche.
Cuando subo, decido ir a la estación de trenes, única escapatoria, única remisión.
27. Los faroles se apagan y la ciudad poco a poco se ilumina.
No por aquellas luces artificiales, si no por los rayos del sol.
28. Me acerco cada vez más a la estación y el olor del carbón es reconfortante,
sentir un aroma que no es aquel penetrante perfume.
29. -¿Dos boletos señor?
-Solo uno.
-Perdón, me pareció ver una
acompañante. ¿Desea un
boleto de ida y vuelta o solo
de ida?
-Ida por favor.
-Aquí tiene, estación 3.
Henry Sloan.
Es primavera. Es primavera y aun así siento ese frio invernal que no termina de escapar de mi. Los frutos empiezan a caerse y las flores a abrirse.
Navego en un vals de reminiscencias.
Cada color facetico me da alusión a un recuerdo borroso en aquel lago turbio.
Navego, entonces, observando en el reflejo de un lago pintado por recuerdos invernales versos de pequeñas historias con necesidad de ser escritas.
Y con necesidad de ser olvidadas.
Con necesidad de ser pintadas.
Con necesidad de…
..ser cambiadas.
En el entretiempo del invierno trasmutando al incipiente verano del año 1901, se encontraba una humilde y gentil primavera abarrotada de capullos y brotes hermosos, vivos colores que deseaban la inmediata cercanía.
Aun si esta no era posible.
*suspiro* //susurro// No
Había miles del flores en la orilla, pero un grupo de lilas en particular me llamo la atención. Me acerque poco a poco, casi como si fuera un invitado ante tal belleza, empecé por admirarla, luego tocarla. Hice algunos bocetos para intentar no olvidarla. Lamento profundamente no ser capaz de describir esa flor.
Ese color, esos sentimientos. Tal belleza es indescriptible. Sofisticada y elegante, extremadamente delicada. Con una fragancia exótica pero extrañamente familiar. Penetrante, llenándome de ella por completo. Belleza infinita. Hay ciertos reflejos del sol sobre sus pétalos, un relámpago de promesas ya pagadas.
El viento genera unos movimientos majestuosos en ella. Podías pasar horas admirando esa belleza, la forma en la que el viento movía sus ropas y sus cabellos. O el hermosos pañuelo color cielo.
Verla era como sentir una juventud eterna recorrer todo tu cuerpo, una sonrisa inevitable formándose en tus labios. *risa irónica (alta anotación papa)* Juventud eterna…
Unas simples lilas.
Arranco una de las flores, y la dejo en una de las puntas del bote, por si quiero describir su magnitud mas entrada la noche.
*suspiro*
Extraño la simpleza de los colores del lago.
Los reflejos sin recuerdos de sus ojos.
Ocre.
El ocre, cálido y reconfortante, se siente como su mano sobre la mía, en un desesperado pero discreto encuentro de nuestras almas.
Sus toques y su mirada, cálida, reconfortante.
Aquella flor guardada hizo sentir su perfume…
… y la recuerdo. Ya no es lila, es un color amarillento, casi transparente. No debí arrancarla, dejarla marchitar. La deje. La deje y deje que muriera sola.
En un seco invierno muere. Su juventud eterna desvanecida en instantes.
Solo me quedan bocetos de ella.
Solo eso era, solo eso queda. Y cada color, cada movimiento, cada único recuerdo.
Insuficiente.
Muere.
Ninguna flor se parecía a ella.
Me sentía drogado y una voz fina y seca como el frio invierno susurraba mi oído. Las palabras no eran claras y no se entendían bien como aquel turbio lago.
“Muerte y más muerte se avecina en aquel callejón sin salida.”
Llego a notar un leve aroma a lilas.
Todo es azul. Todo es azul. Es frio, frio. No siento mis manos y caigo. Sigo cayendo. Me despierto.
El atardecer fue opacado y se ve de reojo la luna en el cielo.
Es de noche. Es primavera. Siento ese helado invernal, pero ya no tengo frio.
El sol solitario, rojo y cálido va naciendo en aquel amanecer. Es como si fuera eterno. Los colores ocre, cálidos, y los colores azules, pálidos, se mezclan entre ellos formando un hermoso e indoloro espectáculo.
Cada vez estaba más cerca del puerto, no he sentido tantas ansias por llegar y salir de este barco navegante de aguas de una alusión fría y seca desde esa noche.
Cuando subo, decido ir a la estación de trenes, única escapatoria, única remisión.
Los faroles se apagan y la ciudad poco a poco se ilumina. No por aquellas luces artificiales, si no por los rayos del sol.
Me acerco cada vez más a la estación, y el olor del carbón es reconfortante, sentir un aroma que no es aquel penetrante perfume.
-¿Dos boletos señor?
-Solo uno.
-Perdón, me pareció ver una acompañante. ¿Desea un boleto de ida y vuelta o solo de ida?
-Ida por favor.