La mujer criticaba las sábanas sucias de su vecina cada vez que las veía tender al sol. Un día, su marido le explicó que había limpiado los vidrios de la ventana, por lo que ahora podía ver con más claridad. Antes de juzgar a los demás, debemos examinarnos a nosotros mismos y corregir nuestros propios errores, de lo contrario nos condenamos.