Una mujer recién casada se muda a un nuevo barrio y critica las sábanas sucias de su vecina que cuelga al sol. Su marido no dice nada. Al mes, la mujer ve que su vecina cuelga sábanas limpias y pregunta si otra vecina le enseñó a lavar, a lo que el marido responde que él lavó los vidrios de la ventana. La historia enseña que debemos limpiar nuestro propio corazón antes de juzgar a los demás.