El Salmo 119 alaba la ley de Dios (la Torá) y enfatiza la importancia de obedecerla de todo corazón. Está estructurado acrósticamente siguiendo las letras del alfabeto hebreo, con 8 versículos comenzando con cada letra. La Torá no se refiere solo a leyes, sino a la voluntad, enseñanza y guía de Dios.