Mateo fue un publicano o recaudador de impuestos que Jesús llamó a ser uno de sus discípulos. Según los evangelios, Mateo dejó su anterior vida para seguir a Jesús. La tradición cristiana atribuye a Mateo la autoría del primer evangelio canónico, escrito probablemente hacia el año 80 d.C. para lectores judíos cristianizados. Existen discrepancias sobre los detalles de su muerte, pero se le considera el patrono de los contables y financieros.