El cuadro representa a San Mauricio y su legión tebana. San Mauricio, vestido con una coraza azul, está acompañado por sus capitanes mientras deciden si realizar sacrificios a los dioses paganos. También aparecen figuras históricas como el Duque de Saboya y el Duque de Parma. El cuadro cuenta la historia de cómo San Mauricio y su legión egipcia se negaron a realizar sacrificios paganos por orden del emperador y fueron martirizados.

1. La figura de San Mauricio vestido con una coraza azulada y
barbado, aparece en la zona derecha del lienzo, en primer
plano. Está acompañado de sus capitanes, en el momento de
decidir si efectúan el sacrificio a los dioses paganos.
A su izquierda contemplamos a San Exuperio con el
estandarte rojo. Junto a ellos se encuentra un hombre con
barba, vestido con túnica, que ha sido identificado con
Santiago el Menor, quien convirtió a toda la legión al
Cristianismo.
Entre esos militares destacan dos, situados entre el santo y la
figura que porta el estandarte. El de edad más avanzada es el
Duque Enmanuel Filiberto de Saboya, comandante de las
tropas españolas en San Quintín y Gran Maestre de la Orden
Militar de San Mauricio. A su derecha, y más cerca del santo,
se sitúa Alejandro Farnesio, duque de Parma, quien estaba en
aquellos momentos luchando en los Países Bajos contra los
holandeses. En los planos del fondo, donde se desarrolla el
martirio, encontramos el retrato de Don Juan de Austria, el
hijo natural de Carlos V y vencedor de la batalla de Lepanto.
San Mauricio y la legión tebana
El cuadro cuenta la historia de San
Mauricio que era jefe de una legión
egipcia del ejercito romano. Durante
su estancia en Galia recibieron la
orden del emperador Maximiliano
de realizar sacrificios a los Dioses
romanos.
Al negarse la legión fue ejecutada
siendo martirizados sus 6.666
miembros