El documento calcula las velocidades y fuerzas físicas que Santa Claus tendría que soportar para entregar regalos a los niños de todo el mundo en una sola noche de Navidad, concluyendo que sería imposible debido a que tendría que viajar a velocidades superiores a la del sonido y soportar fuerzas que lo matarían instantáneamente a él y a sus renos.