El documento presenta varios versículos bíblicos que enfatizan que los frutos de una persona reflejan su interior. Los versículos indican que aquellos que temen al Señor producirán frutos buenos, mientras que los malos producirán frutos malos, ya que un árbol bueno no puede dar frutos malos ni uno malo dar frutos buenos. La sabiduría es un árbol que siempre da frutos y la bendición del Señor recompensa al hombre piadoso.