Si los hombres criaran a los niños, en el primer mes estarían exhaustos atendiendo las necesidades del bebé las 24 horas del día, en el primer año aprenderían a cambiar pañales, dar biberones y calmar al niño cuando llora, y en los años siguientes disfrutarían viendo al niño crecer y desarrollar su propia personalidad mientras sienten orgullo por sus logros.