1. Sin tregua
Pongámonos en el caso de que nos están robando, ¿ponemos cierta resistencia verdad?, ahora
imagínate que antes de que te roben, te avisan que vienen por ti y van a robarte, ¿qué haces?
¿te preparas? Por lo menos oras, guardas lo de valor, te encomiendas a Dios y esperas el
hecho. Acaso ¿armarías una bolsa con tu celular, billetera y una lonchera para el ladrón?
1 reyes 20
1 Entonces Ben-adad rey de Siria juntó a todo su ejército, y con él a treinta y dos reyes, con
caballos y carros; y subió y sitió a Samaria, y la combatió. 2 Y envió mensajeros a la ciudad a
Acab rey de Israel, diciendo: 3 Así ha dicho Ben-adad: Tu plata y tu oro son míos, y tus mujeres
y tus hijos hermosos son míos. 4 Y el rey de Israel respondió y dijo: Como tú dices, rey señor
mío, yo soy tuyo, y todo lo que tengo.
Muchos, cuando nos vemos rodeados ante el enemigo, perdemos las fuerzas, dejamos de
luchar, dejamos de pelear, ¿Por qué entregaríamos algo a alguien que dice, eso es mío me
corresponde? Y nosotros le creemos cuando el enemigo dice, tu salud me pertenece, tus
finanzas me pertenecen, bueno, yo le hice resistencia por mucho tiempo, pero ya paso tanto,
que estoy considerando que el enemigo es dueño de mis finanzas.
Cuando bajas los brazos, ya tienes la batalla perdida. En un cuadrilátero, si bajas los brazos, ya
perdiste, si no te defiendes, ya perdiste, sino atacas ya perdiste.
5 Volviendo los mensajeros otra vez, dijeron: Así dijo Ben-adad: Yo te envié a decir: Tu plata y
tu oro, y tus mujeres y tus hijos me darás. 6 Además, mañana a estas horas enviaré yo a ti mis
siervos, los cuales registrarán tu casa, y las casas de tus siervos; y tomarán y llevarán todo lo
precioso que tengas.
Esta es la segunda carta que manda el enemigo, no está jugando, ahora quiere más. Y así es,
cuando tú le entregas algo al enemigo, viene por más. Cuando logra avanzar un paso y ve que
no hay resistencia, avanzará dos y tres. No te robará solo una cosa, no haces tregua, no
negocias. No puedes tratar de llegar a un acuerdo con Satanás, siempre querrá quitártelo todo,
cuando digas no hay nada peor que me pueda pasar, hará algo que sea peor hasta llevar tu
alma al infierno.
Un ejercito con 32 reyes, están pidiendo, el oro, la plata, las mujeres y los niños, cuando ven
que el otro dice, todo es tuyo, añade, también quiero la casa de tus siervos, y todo lo precioso
de sus casas. Ahora va por la dignidad.
7 Entonces el rey de Israel llamó a todos los ancianos del país, y les dijo: Entended, y ved ahora
cómo este no busca sino mal; pues ha enviado a mí por mis mujeres y mis hijos, y por mi plata
y por mi oro, y yo no se lo he negado. 8 Y todos los ancianos y todo el pueblo le respondieron:
No le obedezcas, ni hagas lo que te pide.
Mantener la paz y provocar la paz son cosas diferentes, muchas veces para provocar la paz
debes pelear, armarte y hacer guerra, pelear por lo que es tuyo, cuidar lo que Dios nos da,
pelear por lo que amas, por tus esperanzas.
13
Y he aquí un profeta vino a Acab rey de Israel, y le dijo: Así ha dicho Jehová: ¿Has
visto esta gran multitud? He aquí yo te la entregaré hoy en tu mano, para que conozcas
2. que yo soy Jehová. 14 Y respondió Acab: ¿Por mano de quién? Él dijo: Así ha dicho Jehová:
Por mano de los siervos de los príncipes de las provincias. Y dijo Acab: ¿Quién comenzará la
batalla? Y él respondió: Tú.
¿Quién debe comenzar la batalla por los tuyos? ¡Tú!, si tú no peleas no conseguirás la victoria,
como te voy a dar la victoria dice Dios si estás amedrentado, escondido.
19 Salieron, pues, de la ciudad los siervos de los príncipes de las provincias, y en pos de ellos el
ejército. 20 Y mató cada uno al que venía contra él; y huyeron los sirios, siguiéndoles los de
Israel. Y el rey de Siria, Ben-adad, se escapó en un caballo con alguna gente de caballería. 21 Y
salió el rey de Israel, e hirió la gente de a caballo, y los carros, y deshizo a los sirios causándoles
gran estrago.
23 Y los siervos del rey de Siria le dijeron: Sus dioses son dioses de los montes, por eso nos han
vencido; mas si peleáremos con ellos en la llanura, se verá si no los vencemos.
Estos nos vencieron porque su Dios es Dios de montes, pero vamos a enfrentarlos en el valle.
Este cristiano nos venció porque es domingo, claro, domingo sale como un león de la iglesia,
pero vamos a atacarlo martes, miércoles, que parece un gatito.
28 Vino entonces el varón de Dios al rey de Israel, y le habló diciendo: Así dijo Jehová: Por
cuanto los sirios han dicho: Jehová es Dios de los montes, y no Dios de los valles, yo entregaré
toda esta gran multitud en tu mano, para que conozcáis que yo soy Jehová.
Soy el Dios de los valles, es Dios cuando eres fuerte, y es Dios cuando eres débil, Dios del
martes, del miércoles, Dios que te acompaña siempre, que te escucha cuando preguntas ¿Por
qué a mí? Dios no te abandona, ni en el monte, ni en el valle. Aunque pase por el valle de
sombra de muerte.
Dios le dice a Elías ¿Qué haces aquí? Ese es Dios dentro de la cueva, pudo haberle dicho ¿Qué
haces allí Elías? Yo no me meto, no soy Dios de cuevas. ¿Qué haces aquí? Estoy deprimido,
vamos, cíñete los pantalones, que largo camino te falta. Es el Dios que cuando besas una
frente fría despidiéndote, te abraza y te dice, vas a salir de esta. El Dios que cuando te ensucias
y te embarras, te dice, yo te voy a limpiar otra vez, yo no te dejo.
No le des nada al enemigo. Nada le pertenece.
Deuteronomio 2, 2-3
2 Y Jehová me habló, diciendo: 3 Bastante habéis rodeado este monte; volveos al norte.
Dios tiene algo para ti que supera tus acciones, ¡pelea! No te rindas, no des tregua al enemigo,
deja de dar vueltas y ve al norte.