Este documento habla sobre la importancia de disfrutar el viaje de la vida y no distraerse o dormirse, ya que no sabemos cuándo llegará nuestra última parada. También enfatiza la necesidad de vivir de tal forma que dejemos un legado y estemos a cuentas con Dios y con los demás, pues la muerte es algo normal y al morir en paz podremos ver a nuestro Creador. Finalmente, anima a no tenerle miedo a la muerte y a viajar livianos hacia nuestro destino final.
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Última parada: Disfruta el viaje y vive para dejar un legado
1. Última Parada
Todos hemos subido a un bus, un tren o un avión, cuando llegan a destino, a su última parada,
se detienen y tienes que bajar, se acabo el viaje, si no lo disfrutaste, no lo volverás a hacer, si
te la pasaste durmiendo o en tu celular distraído, te perdiste del viaje, y llego el tiempo de la
última parada. Quizás en el avión te indican, estamos a 15 minutos de aterrizar, pero muchas
veces no tenemos ese aviso. Disfruta el viaje a tu destino, disfruta el viaje a tus metas, a tus
propósitos, disfruta el viaje a los planes que Dios tiene preparados para ti, no te distraigas, no
te duermas, que no sabemos cuando llegue esa última parada. Disfruta cada parada.
Hace unos días, se nos fue un gran amigo, con un corazón enorme, ese dolor de su pérdida lo
sentimos todos. Pero al mismo tiempo serenos, porque sabemos donde está. Me ponía a
meditar, y note la cantidad de personas que estuvieron presentes tras enterarse de lo
acontecido, dentro mío pensaba, si algo me sucede a mí, no creo que lleguen tantas personas
sinceramente.
Esto me hacía meditar, ¿qué estamos haciendo con el tiempo que Dios nos regala?
¿Realmente estamos viviendo como para Él? ¿Qué harías si hoy te enterarás que es el último
día? ¿Qué harías si hoy te enterarás que es tu última parada?
¿Acaso no irías donde esas personas, y les dirías te amo? ¿acaso no pondríamos a cuenta
todo? ¿buscaríamos a esas personas a las que nos falta pedir perdón? ¿nos pondríamos a
cuenta con Dios? ¿buscaríamos con todo nuestro ser estar en la presencia de Dios?
Tenemos deudas pendientes, y vivimos con esos pendientes todos los días. Hoy en día,
tenemos esos pendientes. Hoy en día no te atreves a decirle a tu padre, tu madre, a tus hijos,
te amo. Hoy en día tienes pendientes con Dios y no nos atrevemos a darlo el 100% a Él.
¿Vives de tal manera que dejarás un legado? ¿vives de tal manera que lo que hoy haces,
trascenderá cuando ya no estés en esta Tierra? Los planes de Dios trascienden nuestra
existencia, pero depende de que tan aferrados hayas vivido a ese plan, estoy completamente
seguro, que, si tu vida la diste al 100 para Papá, tú serás recordado por tus generaciones. Y lo
que hoy hiciste, tendrá un impacto aún cuando ya no estés.
Hoy en día, tenemos terror al hablar de la muerte, usamos muchísimos eufemismos para ello,
descansa en paz, se quedo dormido, se nos adelantó, está en una vida mejor, está en la Gloria
de Dios, pasó a mejor vida, etc.
No nos hacemos la idea de que la muerte es algo normal y común. Si supiéramos lo que
realmente significa la muerte para una persona que se va en paz. Que inmediatamente
después de cerrar sus ojos en esta Tierra, los abrirá para ver a su Creador.
En esta pandemia vimos tantos cristianos que sabían cómo declarar bienestar sobre sus vidas,
decretar buenas nuevas, empoderarse, pero se desesperaban ante la muerte, ¿Por qué
permites que un pastor se muera? ¿Por qué lo permites Señor? ¿Por qué permites que los
buenos mueran? Como si la muerte eligiera entre los que hacen el bien y los que hacen el mal.
Por años dijimos, morir en Cristo es ganancia. Pero nos olvidamos de eso en estos momentos.
Nos olvidamos de la promesa de Jesús.
2. Juan 14, 1 RVC
«No se turbe su corazón. Ustedes creen en Dios; crean también en mí. 2 En la casa de mi Padre
hay muchos aposentos. Si así no fuera, ya les hubiera dicho. Así que voy a preparar lugar para
ustedes. 3 Y si me voy y les preparo lugar, vendré otra vez, y los llevaré conmigo, para que
donde yo esté, también ustedes estén.
Tranquilos, si no hubiese morada, yo se los hubiera dicho, pero no se preocupen, yo voy a
preparar morada para ti.
Voy a preparar morada para ustedes. Esto era una frase utilizada como una promesa, un
compromiso. Cuando un hombre iba y pedía la mano de una mujer, y era aceptado, lo
siguiente que decía era: Voy a preparar morada para nosotros. E iba con su padre a construir
un hogar nuevo.
Salmos 116, 15 NTV
Al Señor le conmueve profundamente la muerte de sus amados.
En hebreos se resume sin rodeos lo que viene.
Hebreos 9, 27 NTV
Y así como cada persona está destinada a morir una sola vez y después vendrá el juicio.
La cuenta regresiva está dada, ya estamos en ese avión, ese bus o tren, quizás tengas la
oportunidad de que te avisen que es la última parada, quizás no, eso tú no lo sabrás hasta que
el momento llegue.
La única manera de que la muerte sea el inicio de algo mejor es esta:
Juan 17, 3 RV60
Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien
has enviado.
Cuando veas tu vagón, súbete, sonríe, no lleves maletas, viaja liviano, ve sin corromperte,
consiente del viaje que vas a hacer. A los que se quedan no retengamos a quienes les llego le
último vagón, si realmente creemos que se va a un lugar mejor.
Salmos 23, 4
Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás
conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.
De eso estamos hechos los cristianos, de no tener miedo a lo que viene, de no tener espíritu
de cobardía, donde está muerte tu aguijón, donde oh sepulcro tu victoria.
Cuando alguien no le tiene miedo a la muerte, literalmente es indestructible, porque te
animarás a creerle cosas grandes al Señor.
¿Qué puede ser lo peor que pase? ¿irme con el Señor?
¿Qué harías hoy, si es tú ultima parada? ¿dejas ese legado? ¿estás a cuentas? ¿le dijiste a esa
persona que la amas?