El sistema linfático drena el exceso de líquido intersticial en la sangre, controla la presión sanguínea y juega un papel importante en la respuesta inmune celular y humoral al transportar material nocivo a los órganos linfáticos. La linfa fluye a través de los vasos linfáticos desde el espacio intersticial hasta los conductos linfáticos mayores y finalmente regresa al sistema circulatorio a través de las venas y las cavas.