La autora expresa su satisfacción por su trabajo como educadora de párvulos, destacando las diversas experiencias positivas que tiene en su trabajo diario como ver desfiles de moda, recibir afecto de los niños, enseñarles a escribir, recibir regalos como sonrisas, y sentirse importante cuidando de los niños.

2. Cuando digo que soy Educadora de Párvulos la gente, en general, responde con un "¡Ah!", tan soso, que me gustaría exclamar:

3. ¿Dónde más podría atar lazos al pelo, ajustar cinturones, y ver un desfile de modas a diario?

4. ¿Dónde, aunque siempre me vista de la misma manera, me dirán que me veo bonita?

5. ¿En qué sitio, sino allí, me abrazaría un apuesto jovencito y me dirá que me quiere?

6. ¿Dónde eres tan importante que hasta le has de limpiar los mocos a la estrella del desfile?

7. ¿En qué otra parte olvidaría mis penas porque tengo que atender tantos corazones afligidos?

8. ¿Quién recibe más flores que yo?

9. ¿Dónde más podría guiar en la escritura de las primeras letras, una manita que quizás algún día escriba un libro?

10. ¿En qué otro lugar recibiría el regalo de sonrisas como éstas?

11. ¿En qué otro sitio me harían un retrato gratis?

12. ¿En qué lugar mis palabras causan tanto asombro?

13. ¿En qué trabajo cuando faltas dos días te reciben con los brazos abiertos?

14. ¿Dónde puedes ver en primera fila la ejecución de grandes obras de arte?

15. ¿Dónde conservaría el alma joven, sino en medio de un grupo cuya atención es tan efímera, que siempre debo tener a mano una caja de sorpresas?

16. ¿En qué otro sitio derramaría lágrimas porque hay que dar por terminado un año de relaciones felices?

17. Me siento grande trabajando con pequeños

18. A todas las “Tías” que tanto siembran para que otros recojan. ¡Gracias!

19. Por abrazarme cuando tengo pena… Por acompañarme cuando tengo miedo… Por sostener mi mano cuando me siento insegura… Por secar mis lágrimas, por hacerme reír, por enseñarme a ver lo hermosa que es la vida: ¡¡Gracias tías!!

20. Gracias