Este documento describe los privilegios y características de ser hijos de Dios. Explica que como hijos adoptivos recibimos la naturaleza divina y tenemos acceso a Dios como nuestro Padre. También tenemos la libertad de acceso al Padre a través de Cristo y somos miembros de la familia de Dios. Finalmente, la disciplina de Dios produce frutos positivos como semejanza a Él, confianza en Él como Padre, y deseos de glorificarle.