Una niña llamada Lana amaba bailar y quería ser bailarina, pero era demasiado pobre para asistir a una academia de danza. Un día, mientras bailaba en su patio, una maestra de danza la vio y la invitó a unirse a su academia gratuitamente. La niña aceptó felizmente la oferta y pudo perseguir su sueño de bailarina.