Superar las frustraciones es difícil porque perdemos la fe en nosotros mismos y nos convencen de que no somos capaces, pero cuando las superamos nos sentimos bien porque nos da tranquilidad y regocijo al quitar algo que nos bloqueaba. El trabajo siempre será un rompecabezas que debemos descifrar día a día viviendo por lo que nos gusta hacer y realizando nuestros sueños para que no lo tomemos como una obligación sino como un camino divertido.