El autor quiere construir un árbol de Navidad en su corazón colgando en él los nombres de sus amigos cercanos y lejanos, conocidos y desconocidos, para que sus raíces sean profundas y sus ramas se extiendan, de modo que la amistad sea un refugio en la lucha de la vida. Desea que el espíritu navideño transforme los deseos en flores, las lágrimas en sonrisas, los dolores en estrellas y cada corazón en un hogar dulce.