Dos teléfonos móviles fueron dejados en el interior de un automóvil estacionado con las ventanas cerradas y expuesto al sol, lo que provocó que la batería de uno de los teléfonos explotara e hiciera estallar el parabrisas del vehículo debido al calor extremo, aunque afortunadamente no hubo heridos ya que no había personas dentro del automóvil.