Uno de los ancestros más antiguos de al menos 65,000 especies de vertebrados, incluyendo humanos, tenía la capacidad de percibir campos electromagnéticos debajo del agua. Esta habilidad para detectar un "sexto sentido" puede justificarse evolutivamente debido a que este ancestro parecido a un pez la poseía y la ha heredado muchas especies vivientes como tiburones, esturiones y mantas raya.