Nuestros juicios secretos determinan cómo actuamos y pensamos, y cómo juzgamos a los demás, lo que nos hace personas constructivas o destructivas. Para cambiar nuestro entorno, debemos cambiarnos a nosotros mismos mediante el aprendizaje constante, la práctica en áreas de especialización, y concentrar nuestra energía en hacer las cosas correctamente sin importar las reacciones negativas.