El documento discute la posibilidad de que el próximo iPhone tenga una pantalla más grande de 4.6 pulgadas. Sin embargo, señala que un tamaño mayor podría comprometer la resolución Retina y las aplicaciones existentes. También argumenta que el "factor de forma" actual de 3.5 pulgadas ha funcionado bien y que Tim Cook podría no querer una gran revolución del producto más emblemático de Apple. En general, sugiere que aunque el nuevo iPhone podría tener una pantalla ligeramente más grande, es improbable que sea una gran desviación del diseño actual