La lavadora cuenta con un tambor central con orificios que gira gracias a un motor eléctrico, ya sea situado detrás y debajo del tambor comunicándose a través de poleas y correas, o formando una unidad directa con el tambor transmitiendo la tracción directamente. La microelectrónica permite que algunos modelos dejen la ropa seca y limpia, controlando el tiempo, la velocidad y la temperatura mediante sensores y algoritmos.