El documento define la Iglesia como el conjunto de todos los cristianos del mundo y de un lugar determinado, así como la jerarquía que la dirige. Describe los símbolos de los obispos como la cruz pectoral, el anillo, el solideo y la mitra que indican su autoridad, y el báculo y el sello. Finalmente, explica que hay personas consagradas que renuncian a poseer bienes, casarse y desobedecer para servir a Dios y a los demás.