Un hombre se encuentra con Dios después de morir inesperadamente. Dios le dice que es hora de irse y lleva una maleta, pero cuando el hombre pregunta qué contiene la maleta, Dios le responde que ninguna de sus pertenencias materiales, recuerdos, talentos, amigos, familia, cuerpo o alma le pertenecían realmente. Al abrir la maleta, el hombre se da cuenta de que está vacía y comprende que en realidad nunca tuvo nada excepto los momentos que vivió. Dios le aconseja disfrutar plenamente de la