Un niño construye un pequeño barco de cáscara de nuez y lo lanza a un arroyo cercano. El barquito navega aguas abajo mientras el niño lo sigue corriendo por la orilla, observando su viaje. Aunque el barco se aleja cada vez más debido a la corriente, el niño se divierte imaginando a dónde podría llegar su creación si continuara navegando.