Un padre trabajador explicó que debido a sus horarios laborales no tenía tiempo para hablar con su hijo, pero encontraba una forma de comunicarse a través de hacer un nudo en la punta de la sábana cada noche que iba a besarlo. El nudo le dejaba un mensaje al niño de que su padre había estado allí, y a pesar de la falta de tiempo juntos, el gesto significaba mucho para ambos y el niño se sentía amado y apoyado.