1. Vivir y desaparecer en los Estados de bienestar
Más de 600 mujeres indígenas han desaparecido o han sido
asesinadas en Canadá en los últimos 30 años.
“Es difícil de creer que en un país con un cierto nivel de bienestar
como Canadá haya todavía mucha violencia contra las mujeres
indígenas”. Así lo manifestó Joanne Ottereyes, indígena Cree,
miembro de la Asociación de Mujeres Indígenas de Quebec (FAQ en
francés). Ella participó en las actividades de la semana “Los Pueblos
Indígenas contra las Violencias”, que organizó el Enlace Continental
de Mujeres Indígenas de las Américas ECMIA y CHIRAPAQ Centro de
Culturas Indígenas del Perú, en el marco del Día Internacional de la
Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
Los pueblos indígenas representan el 3.8% de la población total de
Canadá. Son alrededor de 600 mil mujeres indígenas, de las cuales el
48% son jóvenes indígenas menores de 25 años. “De la pobreza
histórica y marginación asolapada, pasamos a la violación de
nuestros cuerpos”, advirtió Ottereyes.
El feminicidio es un mal social endémico que ataca principalmente a
las poblaciones más vulnerables históricamente, como lo son los
pueblos indígenas. Para Ottereyes, esta desproporción en la cantidad
de muerte de mujeres y niñas indígenas, en tasas que sobrepasan la
2. media de los países del norte, es consecuencia de patrones racistas y
sexistas que podemos rastrear desde la imposición colonial, que
estableció como práctica común la violación sexual a mujeres
indígenas por parte de los primeros exploradores.
Las mujeres indígenas en Canadá reportan tres veces más casos de
violencia y son cinco veces más probables de ser víctimas de
homicidio. “La pobreza y el patriarcado marcado que nos impusieron,
hacen que se sustente esa imagen sobre las mujeres indígenas,
deshumanizándonos y empobreciéndonos más, tanto así que somos
asesinadas al convertirnos en simples objetos sexuales”, señala
Ottereyes.
Ella forma parte del colectivo Hermanas en Espíritu, quienes han
identificado y documentado más de 600 casos de mujeres indígenas
desaparecidas o asesinadas en Canadá durante los últimos 30 años.
Las mujeres indígenas representan el 10% de los casos de mujeres
asesinadas en dicho país. Desafortunadamente más de 115 casos de
mujeres indígenas desparecidas continúan aún sin resolverse. Es tan
grave la situación que organismos como Amnistía Internacional
también ha publicado dos informes en 2004 y 2009 apoyando lo que
las mujeres indígenas constataron en esta investigación.
La búsqueda de salidas a este dramático panorama, hacen que se
comiencen a consolidar estrategias de empoderamiento femenino
indígena. Ottereyes habla de introducir enmiendas a las leyes
canadienses contra el feminicidio, procesos más selectivos de datos e
identificación, por parte del Estado, para que trabaje sostenidamente
con los sectores impactados, así como protocolos más claros para las
autoridades policiales a fin de que haya una mejor intervención frente
a los casos de violencia.
Para Ottereyes, todo proceso de empoderamiento implica una toma
de conciencia, por parte de la víctima, de defender sus derechos y el
de todas las mujeres indígenas frente a las violencias, consolidando la
unión para caminar con identidad y dignidad hacia nuevos tiempos.
El encuentro fue realizado gracias al apoyo de la Fundación Ford,
AECID y la Comunidad Andina de Naciones.
Foto: Media Indigena (arriba), CHIRAPAQ (abajo).