Halloween tiene sus orígenes en una fiesta celta pagana llamada Samhain celebrada hace más de 3000 años para marcar el fin del año. Los celtas encendían grandes fogatas y realizaban sacrificios para ahuyentar a las brujas y espíritus malignos, creyendo que los muertos regresaban en esa noche a pedir comida. Esta tradición celta llegó a los Estados Unidos con la inmigración irlandesa y hoy en día se celebra la noche del 31 de octubre con disfraces y dulces.