Las redes inalámbricas, también conocidas como Wi-Fi, utilizan una frecuencia de 2.4 GHz para transmitir datos de forma inalámbrica entre dispositivos como ordenadores y teléfonos a través de un router. Se pueden conectar a una red Wi-Fi mediante una tarjeta o adaptador Wi-Fi y son fáciles de configurar pero también inseguras si no se protegen. Existen redes Wi-Fi públicas en lugares como aeropuertos y playas.