Pacific 07

CLUB A. F. C. G. SAN MARTÍN 157
La séptima década 1968 - 1977
Rugby
En 1968 San Martín terminó Octavo en la tabla ge-
neral. Los entrenadores fueron Aldo Bigliardi y Jor-
ge Dartiguelongue, y el nivel de juego se mantuvo
estable. Al finalizar la temporada, descendió Obras
Sanitarias y ascendió Los Matreros, que había ga-
nado el campeonato de segunda.
Mas allá del nivel general, se lograron algunos
triunfos importantes, como el que se produjo en Villa
de Mayo, donde se venció a CUBA el 20 de Mayo.
El equipo formó ese día con: R. Hein; D. Hermida,
M. Battaglia, L. Gutiérrez y R. Moreno; L. Sáenz y
J. Dartiguelongue; M. Trangoni, A. Bigliardi y G.
Plesky, A. Ariza y J. Virasoro; C. Chedresse, J.
Laborde y O. Dalverme.
También se obtuvieron resultados positivos con
Sic (9 a 8, en un partido muy reñido) y a Obras
Sanitarias (21 a 11).
El 2 de Junio, el primer equipo estaba compues-
to por: R. Hein; R. Moreno, L. Gutiérrez, M.
Battaglia y D. Hermida; L. Sáenz y J
Dartiguelongue; E. Jaime, A. Bigliardi y G. Plesky;
A. Ariza y J. Virasoro; P. Santander, J. Laborde y O.
Dalverme.
También jugaban habitualmente R. Lencina
(centro), Daniel Ortiz (octavo), Carlos Vázquez (pri-
mera o segunda línea) y Daniel Cantero de apertu-
ra.
Como novedad, ese año el seven a side se jugó
en San Martín, con 44 equipos, lo que significó un
record para la época. Pese a ser locales, no alcan-
zamos las semifinales, y el certamen lo ganó Old
Georgians, quien venció a Rosario Athletic por 14
a 11 en tiempo suplementario.
La temporada 1969 no pintaba mucho mejor que
la anterior. Eran varios los jugadores que decidie-
ron dejar de hacerlo, después de muchos años de
defender esforzadamente la camiseta tricolor. Aun-
que se produjeron algunas importantes incorpora-
ciones: una de esos jugadores fue Jorge «El Oso»
Ferraiuolo, que había comenzado en el rugby en
Mar del Plata, y dejó DAOM para integrarse como
segunda línea. Tenía un físico notable y se distin-
guió durante varios años en la división superior del
club del Bajo Flores, hasta ser convocado para el
tercer equipo nacional, el seleccionado «C», en los
partidos con Gales.
También llegó Guillermo Storni, que provenía
de Los Sauces y Gimnasia y Esgrima de Buenos
Aires, que jugaba de medio apertura y, a veces, de
octavo. Otro de los que arribaron fue Carlos Serra-
no, un forward muy hábil, que dejó Hindú para
La séptima década:
momentos difíciles
Comentario de El Gráfico al comenzar el campeonato.

158 CLUB A. F. C. G. SAN MARTÍN
acercarse a Sáenz Peña. «Free Lance» fue realista
cuando analizaba las conformaciones de los clu-
bes, desde las páginas de «El Gráfico»:
Pero surgieron algunos nuevos valores que hi-
cieron pensar en un mejor campeonato, como Eddie
Gold, un pilar combativo y sumamente dotado téc-
nicamente, Gustavo Márquez y sobre todo Luis
Gutiérrez, hijo de «Chito», ese wing aguerrido que
hiciera vibrar las tardes de Pacífico veinte años an-
tes.
Ytuarte y Carlos Vázquez.
Sin embargo, las cosas no salieron bien, y en
1969 Salimos últimos, con 9 puntos y nos corres-
pondía el descenso.
Pero ese año, más allá de los resultados, signifi-
có para «Pacific» enfrentar un desafío hasta ahora
desconocido. Ya dijimos que desde la década del
veinte se llevaron a cabo giras, al interior del país
(Mendoza, Tandil, Mar del Plata, Puerto Belgrano,
etc) y más raramente a países vecinos (los vetera-
nos a Brasil, algún cruce del río hasta Montevideo,
etc). Esta vez todo fue más ambicioso, en Agosto
de 1969, el destino fue el Caribe. El incansable
Carlos Tozzi, que se había convertido en un árbitro
excelente, de nivel internacional, trabajó durante
meses para hacer de esta gira un verdadero viaje
del rugby argentino a estas regiones desconocidas
deportivamente.
La Nación anunció el viaje de esta manera:
«El lunes emprende una gira por Trinidad,
Tobago, Barbados y Guyana el equipo de rugby
de San Martín. Está integrado por 23 jugadores y
más de 25 acompañantes. Regresan el 28 del co-
rriente» y destacaba la aptitud pionera de nuestro
club, siempre dispuesto a sembrar la buena semilla
del deporte tanto dentro como fuera del país.
Lo cierto es que fue un esfuerzo descomunal.
Hacer los arreglos en lugares donde la geografía se
hacía borrosa para los argentinos, recaudar el dine-
ro para afrontar gastos generales (aunque, por su-
puesto, cada uno se hacía cargo de los suyos…)
preparar presentes para los anfitriones, hasta escri-
bir algunas palabras que ilustraran a los viajeros
sobre esas tierras tropicales…
Tozzi se multiplicó y aprovechó para invitar tam-
bién a algunos prohombres del rugby argentino: el
respetado árbitro Emilo Aiccardi y los entrenado-
res de Gimnasia y Esgrima y de Los Matreros, res-
pectivamente Saturnino Racimo y Héctor «Tilín»
Rodríguez.
Los jugadores que formaron el equipo en gira
fueron los siguientes: Horacio Acquaroli (wing
forward); Mario Battaglia (Centro); José Jaime Be-
nito (Primera línea); Oscar Fernando Cercelli
(Fullback); Carlos Chedresse, (Primera línea),
Osvaldo Dellatorre ( Octavo); Jorge Ferraiuolo (Se-
gunda línea); Luis Gutiérrez (Centro); Hermida,
Daniel ( Wing ¾); Marcelo Ytuarte (Hooker); Ri-
El equipo formaba habitualmente con Luis
Gutiérrez, L. Sáenz. Mario Battaglia, R. Moreno y
G. Márquez; Jorge Dartiguelongue y E. Yoffe; Da-
niel Ortiz, Guillermo Storni y M. Muller; Jorge
Ferraiuolo y Alejandro Ariza, E. Gold, Marcelo

cardo Moreno (Centro), Rodolfo Moreno (Wing ¾)
Carlos Pasquale (Wing ¾); Gerardo Plesky (Wing
Forward); Julio «Quique» Ruarte (Wing ¾) Horacio
Luis Sáenz (Medio scrum); Luis M. Sáenz (Medio
Apertura); Paulino Santander ( Primera línea); Car-
los Serrano ( Octavo); Guillermo Storni (Medio
Apertura); Mario Trangoni (Wing Forward); Carlos
Amadeo Vázquez ( Segunda línea) y Eduardo Yoffe
( medio scrum y Capitán).
El Presidente de la Gira fue Ronald Sharpe y el
Vicepresidente y entrenador Carlos Alberto Tozzi.
La nómina de «supporters» (o hinchas) como se
los denominó, estaba formada por Héctor Manuel
Rodríguez, Eduardo Rondineau, Jorge Manuel
Fernández, Horacio Boutet, José Horacio Gutiérrez,
Julian Dimario, Michael Kedzierski, Juan Carlos
Savio, Carlos A. Molina, Rolando Ferreyra, Eloy
Ponce de León, Emilio Aiccardi, Mario Grater, To-
más Blades, Saturnino Racimo, Héctor Figueroa,
Arturo Sáenz, Ernesto Juan Pedrero y Raúl
Echevarría.
Era un equipo bien balanceado, con jugadores
muy experimentados, como los artífices del ascen-
so del 62, Osvaldo, «Bolita», «Gertie», «Quique»
y Paulino, los más jóvenes Rodolfo Moreno, Car-
los Vázquez, Marcelo Ytuarte y los hermanos Sáenz,
y los jovencísimos Oscar Cercelli y Luis Gutiérrez
(de 18 años). E iban con enormes ganas de jugar y
debelar el misterio del rugby caribeño.
Salieron a las 17:40 del 11 de Agosto hacia Ca-
racas, por la desaparecida aerolínea Varig, y el 13 a
las 9:40 llegaron por Viasa a Puerto España, la ca-
pital de Trinidad y Tobago. Todos eran sonidos y
colores nuevos en esa ciudad que era una verdade-
ra mezcla cultural.
Al día siguiente enfrentaron al equipo denomi-
nado «Caribs», en la cancha del George V Park.
Este equipo tenía cinco jugadores del seleccionado
de las islas, y preparó una gran recepción para los
jugadores del «Atlético» como nos denominaron
generalmente durante toda la gira. Claro, nuestro
nombre era demasiado largo y ellos convertían el
primer adjetivo en sustantivo. Ni Pacific, ni San
Martín. Pasábamos a ser «Club Atlético».
El presidente del Caribs, Mr. J. Gilchrist, Esq.
(como se usaba aún señalar al lado del apellido, y

que significa una suerte de distinción, algo así como
«caballero») dio la bienvenida y preparó unos sim-
páticos programas, con la información de todos los
visitantes. La isla significó un descubrimiento: esa
extraña cultura, un poco hindú, un poco africana,
con un toque asiático y malayo, pero claramente
británica. Aunque los blancos sólo constituían el 2
% de la población, eran sus costumbres y su estilo
el que regía la sociedad toda.

apareció y finalmente hubo un empate 19 a 19, lo-
grado con un espléndido try de Mario Battaglia en
el último minuto. En el intervalo Ronald Sharpe
entregó unas tallas del General San Martín a Mr.
Stephen y la delegación fue obsequiada con corba-
tas del Caribs Rugby Club.
Gran cocktail auspiciado por todos los clubes
de Trinidad (no eran muchos…) y un baile anima-
do por las famosas orquestas que usan como ins-
trumentos tambores de petróleo cortados a distin-
tas medidas.
Al día siguiente, lunes 18 de Agosto, partieron
por PanAm de Puerto España hacia Bridgetown, la
capital de Barbados, donde el 19 a las 16:45 juga-
El partido comenzó con un claro dominio de
Caribs, que se materializó en tres tries, uno de ellos
convertido, y finalizó el primer tiempo ganando 11
a 6.
Cuentan que Carlos Tozzi, entrenador del equi-
po, dijo «algunas palabras» en el entretiempo, y
aprovechando que refrescó un poco, los tricolores
se «llevaron por delante» a los triniteños y ganaron
por 21 a 11. Es de señalar que Oscar Cercelli fue el
autor de 12 de los tantos de San Martín, convirtién-
dose en el jugador del partido. Los autores de los
tries fueron Guillermo Storni, Horacio Acquaroli y
hubo un try de scrum. Pero la sorpresa la dieron los
backs argentinos, que confundieron a los contra-
rios con sus «scissors pass» (las llamadas Tijeras).
El 17 de Agosto, en el campo del St. Mary‘s
Collage, San Martín se enfrentó con el selecciona-
do de Trinidad, siendo saludados los jugadores por
el Secretario del Parlamento para Deportes, Mr.
Frank Stephen y por el Jefe de la Legación Argen-
tina, Sr. Rieder Bacigalupo.
El partido fue difícil para los hombres de Sáenz
Peña, y Oscar no estuvo en un buen día, pues el
«Express» dice que «falló no menos de ocho de los
nueve penales factibles que tuvo a su cargo».
Lo cierto es que otra vez abajo en el primer tiem-
po (3-11), y a remontarlo en el segundo. El espíritu
R. Sharpe con el Ministro de Trinidad & Tobago.

ron con el equipo nacional de la isla, en la cancha
del Club Wanderers. San Martín ganó brillantemente
por 20 a 6, aunque nuevamente el éxito se obtuvo
en el segundo tiempo. El primero terminó empata-
do 6 a 6. Los tries de Pacific estuvieron a cargo de
Trangoni, Yoffe y Horacio Sáenz.
El tercer tiempo, al estilo tropical, fue una mag-
nífica barbacoa, regada por los licores que hacen
famosas a las pequeñas antillas. Paseos por Trafalgar
Square, donde se alza una curiosa estatua de Lord
Horatio Nelson, como en Londres, y algún helado
en la Palmetto Square completaron el rápido paseo
por esta pequeña pero tradicional isla del Caribe,
que mantenía inalterable el espíritu de los
plantadores ingleses que la convirtieran en el cen-
tro de las antillas británicas.
El día 20, cansados por los largos y divertidos
festejos, la delegación se separó. Una parte se diri-
gió a recorrer las islas vecinas, Antigua, Barbuda,
etc. para ir finalmente a los Estados Unidos. Y el
equipo viajó a Georgetown, la capital de Guyana,
la recientemente independizada Guayana Británi-
ca.
Allí jugó con el equipo de la Guyana Rugby
Football Union y, entre grandes calores, se despi-
dió hacia Belém, en Brasil, desde donde empren-
dió la vuelta via Río, para llegar a Buenos Aires el
26 de Agosto a las 8:30 hs.
La gira fue un éxito. Quienes la disfrutaron re-
cordarán siempre esos días entre bromelias y
santarritas (que allí llaman bouganvillas), con re-
frescos y hospitalidad permanente. Aunque a ve-
ces el idioma inglés podía jugar una mala pasada.
Todavía se rememora el día en que uno de los inte-
grantes de la delegación quiso hacer gala de su pro-
nunciación, supuestamente británica, y para el de-

sayuno pidió «yam and eggs», exagerando la pri-
mera consonante. Grande fue la sorpresa cuando el
camarero le trajo ¡huevos con jalea!
Sin duda fueron un apoyo enorme quienes acom-
pañaron al equipo. Tommy Blades y Mario Grater,
junto con Ronnie Sharpe se convirtieron en los «tra-
ductores» oficiales, y Saturnino Racimo aportó toda
su sabiduría para ayudar en los entrenamientos.
Hoy, después de casi cuarenta años, no sabe-
mos demasiado del desarrollo de este deporte por
allí. Sospechamos que las altas temperaturas cons-
piran contra tanto esfuerzo físico, aunque quizás
un día volveremos a ver a los «Darks» de Barba-
dos, con sus camisetas negras, intentando emular a
los neocelandeses.
Y al finalizar el año la gran noticia: en 1970 se
modificó el campeonato, sumándose los equipos
de segunda a los de primera, más dos de tercera
(24 equipos en total) distribuidos en 4 zonas, cu-
yos dos primeros (8 en total) jugarían por el cam-
peonato. Los terceros y cuartos por la zona prepa-
ración y los quintos y sextos por el descenso. Nos
tocó la zona D, con SIC, Pueyrredón, Buenos Ai-
res, Liceo Naval y La Plata.
Nadie presagiaba nada bueno para San Martín,
pero los resultados se fueron dando, ganamos va-
rios partidos al hilo, y el 6 de Julio, al ganarle a
Pucará por 8 a 6 nos colocamos entre los ocho que
jugarían la zona campeonato. De estar desahucia-
dos y bajar a segunda ahora nos encontrábamos
peleado con los mejores. Hugo Mackern lo testi-
monió en su tradicional columna.
Dirigidos por Osvaldo Dellatorre, el equipo for-
maba con Oscar Cercelli; L. Sáenz, A. Alcalde,
Rodolfo Moreno y Gustavo Márquez; Jorge
Dartiguelongue y Eddie Yoffe; Eduardo Jaime, Da-
niel Ortiz y M. Muller; Jorge Ferraiuolo y Alejan-
dro Ariza; Eddie Gold, N. Sebastián y C. Chedresse.

También lo integraban habitualmente Ricardo
Moreno, H. Sáenz, Lercari, Jorge Virasoro y Carlos
Vázquez.
En 1971 Nos tocó la zona C, junto a San Fer-
nando, Los Matreros, Los Tilos, Liceo Naval y La
Plata. Descendió La Plata, subió DAOM. En esos
años el try había pasado a valer 4 puntos.
San Martín estaba fortalecido por la buena cam-
paña del año anterior y sobre todo porque eran cada
vez más los jóvenes jugadores de las divisiones in-
feriores que se integraba a la superior. Muchos de
ellos eran ex alumnos del Colegio San Cirano, que
desde hacía más de cinco años se integraran a nues-
tros equipos: Oscar «El Equino» Cercelli, un fullback
extraordinario, con una patada perfecta, ya jugaba
en primera y a él se unieron Gustavo del Piero, muy
veloz y fuerte jugando pegado a la línea de cal,
Chausoski, que como hooker ponía dinámica a los
forwards, Carmody, el «Patón» Basso, etc.
También llegaron desde Gimnasia y Esgrima dos
hermanos que se distinguían por contextura física:
José Carlos «Joseca» y Daniel «Tweety» Galvalisi.
Los dos eran nativos de Caballito, que se convirtió
en el principal «semillero» del club, como antes lo
habían sido Palomar o Devoto.
Por lo general el equipo formaba con: C. Sesana;
L. Carmody, J.C. Basso, L. Gutiérrez y Gustavo
Márquez; Daniel Cantero y Jorge Dartiguelongue;
N. López, José C. Galvalisi y Eduardo Jaime; Jorge
Ferraiuolo y Jorge Virasoro, C. Chedresse, N.
Sebastián y Enrique Gatti.
Lamentablemente no repetimos la performance
del año anterior, y navegamos en la mitad de la ta-
bla. Para recordar fue sin, embargo, el triunfo lo-
grado el La Plata, ante Los Tilos, por 8 a 5.
Sin embargo las divisiones inferiores tenían un
lugar destacado en sus categorías, y año a año se
División Reserva.
Parados: J.C. Basso, M. Lecardi, Rojo, J. Vernazza, F. Arias, A.Livore, E. Varalla, César Rolón (Entrenador).
Agachados: H. Rondineau, U. Pepe, A. Gilardón, M. Fenoglio, O. Frigosi, Soria, A.Sáenz.

Partido contra Old Georgians, en 1972.
La tercera de Veteranos que salió invicta varios campeonatos en los años setenta, con algunos jugadores que acababan de dejar la
primera: John Moffatt, Chiessa, Enrri Merli, McCormick, Jorge Ursa, Zurini, Benito, Testoni, Galvez, Victor Kohner,
Moltedo, Rodolfo Hein, Frisch, «Quique» Ruarte, «Johnny» Dimario, «Rulo» Ciampicini, y Echevarría.

incrementaba el número de jugadores de rugby en
el club.
Por esos años debutó en primera uno de las mas
importantes figuras del rugby en nuestro club. Da-
niel «Danny o Tweety» Galvalisi, con su maravi-
lloso entusiasmo, que aún hoy suele entrar en al
gún partido de pre-intermedia «B», cuenta el co-
mienzo de una larga epopeya de varias décadas,
todavía sin final:
Resumen de la temporada 1971, elaborado por la sub-comisión
de rugby.
Reserva 1972 ¿Entraban con catorce?
«Tenía 17 años recién cumplidos cuando me
avisaron que ese domingo jugaría en primera, y me
preparé como nunca. Mi viejo me había comprado
un par de botines nuevos marca Puma y los iba a
estrenar.
Eran una belleza, relucientes y blanditos, me
quedaban tan cómodos que parecían mocasines. Por
supuesto, en aquella época la mayor parte jugába-
mos con los tradicionales botines Fulvence, que
cuando se mojaban un poco se convertían en pie-
dra y que siempre, pero siempre parecían pertene-
cer a otra persona.
Una vez listo, fui para el Club, ya que jugába-
mos de locales y entré al vestuario con cierto res-
peto, donde ya estaban algunos de los jugadores
de primera.
De repente uno de ellos (era segunda línea) se
acercó y al ver mis zapatos Puma me preguntó cuan-
to calzaba. Cuando le dije, fue a buscar los suyos,
que estaban viejos y gastados, me los dio, se puso
los Puma y me dijo: «Pibe, hoy vas a tener el orgu-
llo de jugar con mis botines». Y con ellos debuté
hace casi 38 años en la primera de mi querido club».
Los resultados no eran muy buenos pero el equi-
po mantenía una razonable ubicación en la prime-

ra división. En 1972 descendió Olivos, subió La
Plata.
Muchos jugadores de primera división entrena-
ban a los juveniles: Eddie Gold, la sexta, Jose Car-
los Galvalisi la quinta, la cuarta Paulino Santander.
Sin embargo, el clima interno no era el mejor.
Muchos jugadores del plantel superior entendían
que ciertas normas internas del club limitaban sin
motivo su posibilidad de convertirse en socios ple-
nos (se necesitaban ocho temporadas como socio
seccional para acceder al beneficio de ingresar en
forma completa al club) y manifestaron su discon-
formidad con dichas restricciones en repetidas oca-
siones. Al mismo tiempo, los directivos del Cole-
gio San Cirano, el colegio fundado por Brian Healy
y que utilizaba las instalaciones del club desde ha-
cía tantos años, concretaron la idea de crear un club
de rugby para sus ex alumnos, los que jugaban
mayoritariamente para Pacific.
Las diferencias con la Comisión Directiva, su-
madas a la nueva posibilidad que se abría en los
campos de Villa Celina, donde se construyeron dos
canchas de rugby y hockey, llevó a una amarga
separación. Más de ciento cincuenta jugadores de
todas las divisiones, pero principalmente del plan-
tel superior, se fueron al recién formado San Cirano.
Por supuesto, nos dejaron quienes habían sido alum-
nos del colegio, como Oscar Cercelli, Gustavo del
Piero o De la Tullerie, pero también se fueron con
ellos algunos jugadores que habían llegado al club
en los últimos años y no tenían gran arraigo, como
Guillermo Storni, Jorge Ferraiuolo y José C.
Galvalisi, y otros que eran jugadores originarios del
club, pero con fuertes vínculos de amistad con los
jóvenes de San Cirano, como Luis Gutiérrez o el
«Patón» Basso.
Para el rugby del club fue un duro golpe. De re-
pente no había suficientes jugadores para encarar la
temporada 1973 cubriendo todas las divisiones. Pero
allí se vio nuevamente el temple de Pacific: muchos
veteranos volvieron a calzarse los botines y soporta-
ron estoicamente algunos tremendos resultados ad-
versos, en Intermedia o en Primera.
Hoy, cuando lo vemos a través del cristal del
tiempo, que todo lo relativiza, aún nos emociona-
mos con esos corajudos que volvieron a vestir la
tricolor, con algunas canas y algo excedidos de peso
(Carlos Chiessa, «Tilo» Gorra Zabala, Victor Kohner
y tantos otros integraron la intermedia, a veces sin
haber jugado desde hacía varios años) y con ellos
jóvenes, que, sin tener la edad y la formación
rugbística para ello, lucharon en primera para man-
tener la categoría. Cada partido era una hazaña de
bravura, con una Intermedia que a veces sufría re-
sultados durísimos, pero que nunca perdía el áni-
mo ni la garra deportiva.
Y así y todo, diezmados como estábamos, parti-
cipamos en el Primer Campeonato Nacional de Clu-
bes. Los equipos del interior se agruparon en cua-
tro zonas (Norte, Sur, Este y Oeste) y se les suma-
ron los 24 equipos de Buenos Aires.
Insólitamente llegamos a las semifinales, y per-
dimos frente a Maristas, de Mendoza por 33 a 0 (en
la otra semifinal Banco Nación le ganó a Atlético
del Rosario por 35 a 16, y la final la ganó Maristas
por 4 a 0).
En 1973 finalmente bajó Obras Sanitarias y su-
bió Regatas de Bella Vista desde la segunda divi-
sión. San Cirano se afilió a la UAR.
También el rubgy del club tuvo otros halagos.
Jorge «Cacho» Virasoro, el excelente segunda lí-
nea que desde varios años atrás integraba la prime-
ra división fue convocado por Ángel Guastella y
Eduardo Poggi para formar parte de Los Pumas,
que enfrentaron a Rumania en la cancha de Ferro-
carril Oeste. En pareja con el histórico Tito
Fernández fue parte del equipo argentino que ganó
el primer test 15 a 6, con un try de de Juan Dumas,
en un partido donde los forwards hicieron el gasto.
En el segundo, sin embargo, Los Pumas se soltaron
y en una buena exhibición superaron a los visitan-
tes por 24 a 3.
Sus buenas actuaciones lo hicieron partícipe de
la gira que a fin de año se realizó a las Islas Británi-
cas, y en un clima lluvioso y frío, jugó el partido
que Los Pumas perdieron en forma inapelable con
el áspero equipo de Irlanda por 21 a 8. Pero en
Murrayfield la performance argentina fue mucho
mejor, y lamentablemente perdieron el partido en
la última jugada con un drop de Colin Tefler.
Al año siguiente, 1974, un ex jugador de Pacific,
referee de impecable trayectoria (arbitró su último
partido en el test macht que el seleccionado perdió
con los con los Gazelles por 14 a 6, el 21 de Octu-
bre de 1972) y valioso dirigente que integraba el
Consejo de la UAR junto a Eliseo Rival y De la Rúa

(había comenzado como Vocal suplente en 1968
representando al club), fue nombrado Presidente de
la Unión Argentina de Rugby. Se trataba de Carlos
A. Tozzi, que realizó con éxito una difícil gestión
en un momento en que el país estaba sumamente
convulsionado políticamente. Aparte de las relacio-
nes internas e internacionales de la UAR a Carlos le
tocó administrar la renovación del equipo nacio-
nal, que a partir de ese año contó con la conduc-
ción de «El Veco» Villegas y Emilio Perasso, los
entrenadores del San Isidro Club, que tan buenos
resultados habían obtenido en su club. Carlos, que
aún no había cumplido los cuarenta años, formaba
parte de un grupo de brillantes dirigentes, que su-
pieron afrontar las complejidades de la conducción
en esos tiempos turbulentos, y afianzaron aún más
a la Unión para el futuro.
En 1974 el campeonato lo ganó CASI, bajó
DAOM y subió el recién llegado San Cirano, en una
campaña notable.
La Subcomisión de rugby la integraron
Guillermo Frisch, César Rolón y Daniel Rodríguez,
luchando titánicamente para mantener (y lentamente
incrementar) el plantel de jugadores, que como ya
dijimos había mermado tremendamente por el éxo-
do.
Muchos se acuerdan del mes de Marzo de ese
año, cuando al reanudarse los entrenamientos des-
pués del verano, solo un puñado de jugadores se
agruparon en la cancha dos. Hubo que hacer cre-
cer apresuradamente a muchos jóvenes de la reser-
va y aún de la cuarta, para armar los equipos que
debían presentarse. Y una vez más, con los dientes
apretados, Pacific se mantuvo en primera.
1975 fue otro año muy duro, y los «chicos» que
se habían tenido que forjar rápidamente, lograron
mantenerse en primera, luchando a brazo partido
con la falta de jugadores y las lesiones, a las que a
veces había que disimular. Todavía se recuerda a
Jorge Dartiguelongue y sus emocionadas arengas
en el vestuario, donde les pedía a los jóvenes que
lo acompañaban que pusieran de donde no tenían
para mantener el prestigio de tantos años de rugby.
El campeonato lo ganó casi y San Luis de La
Plata llegó a primera división.
En la clasificación de la rueda inicial, quedamos
entre los ocho de la zona descenso, y en la última
fecha se le ganó a Liceo Naval, condenando a Los
Tilos al descenso.
Gazelles Vs. SIC, arbitrado por C.A. Tozzi.
Carlos A. Tozzi.

El equipo que ese día mantuvo en alto los colo-
res verde, azul y blanco fue el siguiente:
R. Rojas; Johnny Dimario, G. Rainieri, Emilio
Satorre y P. Ramírez, Jorge Dartiguelongue y J.
Treintadue; Guillermo Arenas, N. Sebastián y Car-
los Chiessa; Pablo Dinaro y Jorge Virasoro; Enri-
que Gatti, Patricio Ochoa y Carlos A. Vázquez (ca-
pitán).
Unas semanas antes se jugó el primer partido
entre San Martín y San Cirano, enfrentando a quie-
nes habían sido compañeros hasta unos meses an-
tes. Junto con el triunfo sobre Liceo Naval, ese fue
uno de los dos partidos que ganamos en toda la
rueda.
Al año siguiente, 1976, volvió la lucha por sos-
tenerse, esta vez bajo la conducción de Osmán
Dalverme, un estudioso del rugby que trasmitía con
Equipo de Primera División, año 1975.

paciencia los tecnicismos indispensables para ju-
gar adecuadamente en equipo. Hubo importantes
refuerzos que ayudaron a superar algunas situacio-
nes y habitualmente se formó con:
E. Zatorre; Raúl Murut o Juan Carlos Rojas;
Johnny Dimario o Carlos Díaz, Alejandro Stero y
Luis Caminos; Roberto Rojas y Jorge
Dartiguelongue; Carlos Chiessa, Eddie Yoffe y el
joven Guillermo Arenas, «Popo» Giacometto y Ale-
jandro Ariza; Vernazza o el también muy joven Bru-
no «Tano» Palazzo, Enrique Gatti y Carlos A.
Vázquez.
Otra vez una titánica «batalla»» contra las le-
siones y enfermedades y al final, los triunfos salva-
dores: bajó Los Matreros y subió Olivos. El cam-
peonato lo volvió a ganar el CASI y Guillermo Are-
nas fue seleccionado para integrar a los «Pumitas».
Y al fin de la década, en 1977, se vislumbró al-
guna esperanza: volvió Daniel «Tweety» Galvalisi
después de su efímero paso por San Cirano don-
de había ido junto a su hermano, y subieron a la
primera los tres cuartos Adrían Liz, Eugenio
Castelló, Fabián Stornini, y Eamon Mullen (que el
año anterior había jugado su primer partido en la
división superior como medio apertura), y un
forward de excepción: Alec Delaney, que había lle-
gado tiempo antes desde Hurling, convencido por
Eamon. También subieron definitivamente los
tackleadores tercera líneas Marcelo Delucchi y «El
Chino» Eceiza para integrar el plantel superior.
La Sub-comisión de rugby estaba constituida por
Jaime «James» Moffat, Andrés Rodríguez,
Guillermo «Billy» Frisch, Juan «John» Moffat y
Mario «Bolita» Trangoni.
El entrenador fue Osvaldo Dellatorre hasta el
mes de junio y luego volvió Osmán Dalverme, y el
Capitán una vez más Jorge Dartiguelongue; siendo
nombrado como Delegado ante la UAR César Rolón
y Coordinador General de Rugby Infantil Enrique
Equipo de Primera División, 12 de Junio del año 1977.
Parados: O.Dalverme (Entrenador), A. Ariza, C. Furlanetto, D. Galvalisi, G. Arenas, P. Ochoa, E. Yoffe, M. Delucchi.
Sentados: G. Rainieri, E. Castelló, M. Fenoglio (Capitán), J. Trentadue, J.C. Rojas, J. Arregui y E. Satorre. Pablo Dinaro
(Entrenador). También jugaron ese año J. Dimario, A. Stero, R. Murut, E. Barone, F. Stornini, B. Palazzo, C. Díaz, J. Vernazza,
J. Dartiguelongue, D. Vivot, G. Rimoldi, J. Fernández y O. Abad.

Cordero Biedma, quien se había acercado al club
hacía poco tiempo. Ese año 1977 se jugo el cam-
peonato en 4 zonas de 6 equipos cada una, y la
nuestra fue la zona «C» la compartimos con CUBA,
Alumni, Pucará, Curupaytí y Liceo Militar. Luego
jugamos la zona descenso, con Buenos Aires, De-
portiva Francesa, Liceo Naval, Olivos, Pucará, Old
Georgians y Regatas de Bella Vista.
El Campeonato lo ganó SIC y San Martín se cla-
sificó último en la zona descenso y bajó directa-
mente a Tercera de Ascenso, en razón de la reorga-
nización de los campeonatos.
El partido decisivo lo perdimos con Pucará 19 a
12, el que fue refereado por Cabañas, quien al fina-
lizar el partido declaró: «Está bien. Uds, tienen que
descender, lo merecen».
En ese partido debutó quien sería una figura por
muchos años, Jorge «Bruce» Rey como medio
scrum.
Sin duda la tristeza invadió el club, al descender
el primer equipo (¡y tan de golpe, a tercera de una
vez!) pero todos eran conscientes de las dificulta-
des que afrontaba el deporte después de la salida

Los ocho forwards de Pacific en un scrum, con Liceo Militar.
Carlos Amadeo Vázquez, un forward muy aguerrido, inicia un
avance ante DAOM.
Partido con Belgrano, por la Copa Melva, que se jugó en 1977.
de tantos jugadores. Sin embargo difícilmente ima-
ginaban que habría que esperar casi veinte años
para ver a Pacific nuevamente en primera.

CLUBATLÉTICO F. C. NACIONAL GENERAL SAN MARTÍN.TORNEO NINE-A-SIDE DE RUGBY INFANTIL.
NOVENA DIVISIÓN. SAENZ PEÑA. 26 SEPTIEMBRE 1970.
UNIÓNARGENTINADERUGBY-SUBCOMISIÓNDERUGBYINFANTIL.TORNEONINE-A-SIDEDE9ªDIVISIÓN
JUGADO EN EL CLUB CURUPAYTÍ, HURLINGHAM, OCTUBRE 3 DE 1971.

El Club
Esta década incluyó varios acontecimientos
impactantes para el club. Al desmembramiento que
significó la separación de los jugadores que fueron
a formar San Cirano y a integrarse a otros clubes
hubo que agregarle la difícil situación político so-
cial que vivía el país.
Si el club, de alguna manera se había desgaja-
do, la sociedad misma estaba dividida. Y en esos
años convulsos el club fue comandado a partir de
1970 por una comisión Directiva de excepción,
constituida por Mario Grater como Presidente, Rino
Benvenuti como Vice, Oscar Melchiori como Se-
cretario, Alfredo Miquelarena, Prosecretario y Al-
berto Rolón Tesorero.
Ellos equilibraron las cosas, de tal manera que
todos los deportes pudieran verse representados,
acompañando las performances con una gestión
austera pero segura.
Para el período 1972/73 fue elegido Presidente
Alfredo Miquelarena, Vicepresidente Enrique
Poratelli, Secretario Oscar Melchiori, Prosecretario
Osvaldo Aldunate y Tesorero Alberto Rolón.
Por esos tiempos, hubo fuertes rumores que se le
quitarían al club las tierras cedidas por el Ferrocarril
para construir monoblocks, continuando la calle
Colón por el medio del predio, y rápidamente una
comisión trabajó afanosamente para asegurar la con-
tinuidad de la institución en algún otro predio.
Entre las posibilidades que se exploraron, la más
cercana a concretarse fue la mudanza al predio de
Transradio (una empresa de comunicaciones que
cesaba sus operaciones), en la zona sur del
conurbano: Autopista Ricchieri cerca del cruce con
el Camino de Cintura, Monte Grande.
La Comisión de Trabajo, que se reunió con la
máxima discreción, estaba integrada por Mario
Grater, Percy Clark, Andrés Rodríguez, Walter Cox,
James Moffatt y Enrri Merli.
La idea era que un grupo de socios comprara las
tierras y se formara una Sociedad Anónima para
administrarlas, y el precio a que las ofrecía la
liquidadora de Transradio era de $ 80.000 la hectá-
rea, en cuotas a 2 o 3 años y al interés de plaza. El
predio, de 40 hectáreas incluía un edificio donde
funcionaba Radio Splendid, siete casas y un chalet
tipo inglés de dos pisos, que fueron evaluadas por
Gustavo Frischknecht, arquitecto con experiencia
en el diseño de clubes.
Durante varios meses se efectuaron los estudios
de factibilidad y se hicieron los planos del nuevo
predio pero finalmente, al no concretarse la expro-
piación de los terrenos del club, el plan se dejó sin
efecto. Seguimos en Sáenz Peña.
En 1974 /75 la comisión estuvo formada por
Enrique Mascheroni como Presidente, Jorge Quirolo
y Alberto Rohan como Vicepresidentes, Osvaldo
Aldunate como Secretario y Eliseo Macchi como
Prosecretario.
En 1976 y 77 el Presidente volvió a ser Carlos
Servera, gestionando con firmeza las finanzas del
club en tiempos difíciles y logrando un equilibrio
notable.
Un suceso importante del club fue la gira que en
1973 se efectuó a las Islas Malvinas. Por iniciativa
de algunos veteranos de hockey se encaró este cu-
rioso viaje, gestado a través de los contactos de al-
gunos socios con británicos radicados en las
Malvinas.
Como es sabido, los fuertes vientos y las bajas
temperaturas que imperan durante casi todo del año
hacen casi imposible la práctica de deportes en el
archipiélago, que por entonces estaba muy poco
poblado. Sin embargo el entusiasmo y la curiosi-
dad pudieron más y alrededor de veinte ex jugado-
res de hockey y cricket partieron por vía aérea, ha-
ciendo escala en Comodoro Rivadavia.
Mario y Alfie Grater encabezaban la lista, que
incluía a Carlos Llabrés y otros.
En Puerto Stanley, (que en 1982 fuera denomi-
nado Puerto Argentino), fueron recibidos muy cor-
dialmente por los «kelpers», que los alojaron en el
único hotel de la isla. Intentaron jugar al cricket en
un terreno que poco tenía de apto para su práctica,
pero el viento impidió que lo boleadores hicieran
puntería, llevando la pelota para cualquier lado.
Ante el fracaso, armaron un improvisado equipo
de hockey, pero tampoco fue exitosa esta prueba, y
si bien los pocos minutos en que se practicaron estos
dos deportes convierten a la gira en el primero y úl-
timo encuentro deportivo sostenido por argentinos
en las Malvinas, podemos señalar que la confrater-
nidad de los pubs fue mayor que la deportiva. El

testimonio de esta gira histórica ha quedado plasma-
do en unos pocos minutos filmados en ocho milíme-
tros, bajo un cielo gris y un clima desapacible.
Hockey de caballeros
Los Juegos Olímpicos de México se realizaron en
1968, y la representación argentina incluyó el hoc-
key después de veinte años.
Julio Español, Gerardo Lorenzo, Héctor
Marinoni, Eduardo Anderson y Jorge Piccioli inte-
graron el equipo, que finalizó catorceavo, cuando
Pakistán, Australia y la India se adjudicaron res-
pectivamente el oro, la plata y el bronce olímpicos.
En 1968 San Martín terminó cuarto en el campeo-
nato, con muy buenas actuaciones, que lo colocaron
en posiciones expectantes durante casi todo el torneo.
Entre 1969 y 1971 la presencia de jugadores del
club en el seleccionado era nutrida, llegando a for-
mar parte del mismo ocho jugadores del club: Julio
Español, J. Piccioli, A. Downes, E. Anderson, Héctor
Marinoni, Ovidio Sodor, Wilson y Gerardo Lorenzo.
En 1972, en los Juegos Olímpicos de Munich,
integraron el seleccionado argentino Héctor
Marinoni, Gerardo Lorenzo, Ovidio Sodor y Jorge
Piccioli. Más allá de los trágicos acontecimientos
que signaron estos juegos, la Argentina volvió a
ocupar el puesto número catorce, siendo el oro para
Pakistán, la plata para la India y el bronce para
Holanda.
La Subcomisión de hockey estaba formada por
Osvaldo Roulet, Marta Sherrard, Viviana Saccone
de Cocina, Carlos Cocina y Juan Nally. Y a princi-
pios de los setenta un grupo de los jóvenes que
desde hacía ya años venían integrando la primera
división imaginó una gira extraordinaria.
Pensaron inicialmente en viajar a Sudáfrica, un
destino que ya les parecía suficientemente exótico,
y encargaron a un agente de turismo la tarea de
concertar partidos. Lo cierto fue que télex tras télex,
obtuvieron invitaciones para jugar en más de una
docena de países; no solo en África sino también
en Europa.
Hicieron bailes, obtuvieron publicidad y enca-
raron rifas (una de ellas con un Fiat 600 de premio)
y de esa manera consiguieron el dinero necesario
para los gastos comunes (los equipos anfitriones se
encargaban del alojamiento y la comida de los ju-
gadores). Los pasajes se consiguieron en cuotas, a
un precio de 950 dólares cada uno (incluían 25
vuelos distintos) merced al apoyo de José Chalén,
un distinguido socio e importante funcionario
aerocomercial, que nunca dejó de ayudar a cuantas
delegaciones intentaron viajar en giras deportivas.
Los artífices de esta maxi-gira sin duda fueron
los integrantes de la comisión, que trabajaron ar-
duamente durante muchos meses: Juan Carlos Evan-
gelista, Eduardo Santoro y Osvaldo Roulet. Pero el
dinero no era todo. Ese grupo de jóvenes necesita-
ba un entrenador-guía, alguien que los ayudara a
concretar el proyecto y les diera el apoyo necesa-
rio. Y lo encontraron en alguien que poco tenía,
hasta ese momento, que ver con el hockey. Inicial-
mente se contactó al padre de Carlos Cocina, del
Club Harrod’s Gath & Chaves, pero como este no
podía dedicar tantos días al viaje, optó por reco-
mendar a José María Amulet, que era Director Téc-
nico del equipo de fútbol del Banco Central.
Resultó la persona indicada. Rápidamente se
adaptó al hockey y a la vez trasmitió modernos
conceptos del fútbol que ayudaron a mejorar
sustancialmente el juego. Además, Amulet era un
verdadero líder, y comandó al grupo de jóvenes para
una gira exitosa. Él cuidaba los fondos comunes,
entrenaba al equipo y orientaba a los jugadores en
un viaje tan largo a lugares desconocidos.
Finalmente partieron, el 29 de Diciembre de
1972, y el primer partido lo jugaron en Casablanca,
contra una selección de residentes extranjeros. El
presidente de la gira fue Zolt Monostory, que ofi-
ciaba también de médico y jugador.
Los viajeros fueron, entonces: Jugadores: Mi-
guel Crovetto, Daniel Da Pozzo, Juan Carlos Evan-
gelista (Cap), Julio Lavagno, Gustavo López, Da-
niel Marengo, Zolt Monostory (Méd), José María
Rada, Osvaldo Roulet, Ricardo Sánchez, Hugo San
Martín, Eduardo Santoro (P.F.), Hernán Vallejo,
César Villamayor, Guillermo Wilson, Héctor Wilson.
José María Amulet (D.T.).
Las ciudades visitadas: Casablanca (Marruecos),
Gibraltar (Posesión Británica), Barcelona (España),
Madrid (España), Londres (Inglaterra), Paris (Fran-
cia), Roma (Italia), Atenas (Grecia), El Cairo (Egip-

to), Karthoum (Sudán), Nairobi (Kenya), Lusaka
(Zambia), Johannesburgo (Sudáfrica), San Pablo
(Brasil).
Los resultados: SAN MARTIN jugó 24 partidos
de los cuales ganó 12, empató 8 y perdió en 4 en-
cuentros. Le convirtieron 29 goles y anotó 40 por
intermedio de: Hugo San Martín 16, Julio Lavagno
15, Gustavo López 5, Miguel Crovetto 3 y Osvaldo
Roulet 1.
SELECCIÓN RESIDENTES
EXTRANJEROS (Marruecos) 3 a 2
SELECCIÓN NACIONAL (Marruecos) 3 a 0
SELECCIÓN «B» (Gibraltar) 0 a 0
SELECCIÓN «A» (Gibraltar) 1 a 1
CLUB DE CAMPO (Barcelona) 1 a 6
SELECCIÓN 1897 (Barcelona) 1 a 0
SELECCIÓN JUNIOR (Barcelona) 0 a 2
CLUB DE CAMPO (Madrid) 3 a 2
CHELMSFORD (Londres) 2 a 1
SELECCIÓN RICHMOND –
ANGELS (Londres) 0 a 2
SELECCIÓN SOUTHAMPTON (Londres) 2 a 2
SELECCIÓN MIDDLETON (Londres) 3 a 3
CENTRO UNIVERSITARIO
SPORTIVO (Roma) 1 a 0
COMBINADO DE LA POLICIA (Egipto) 1 a 0
SPORTING CLUB DE
ALEJANDRIA (Egipto) 1 a 0
SELECCIÓN SHEBIN EL KOM (Egipto) 2 a 2
SELECCIÓN NACIONAL (Egipto) 2 a 1
FEDERACION NACIONAL (Sudán) 5 a 0
SELECCIÓN NAC. LUSAKA
INVITACION 11 (Zambia) 0 a 0
COPPERBELT « B» (Zambia) 1 a 1
COPPERBELT «A» (Zambia) 2 a 0
SELEC. NAC. LUSAKA 11(Zambia) 2 a 0
CLUB MUNICIPAL (Zambia) 0 a 2
BURAHT C. DE LIVINGSTONE (Zambia) 4 a 1
Los jóvenes jugadores viajaron por medio mun-
do, visitando lugares donde ningún equipo argen-
tino se había presentado, como Zambia, la ex
Rodhesia del Norte, o Sudán, recientemente
independizado de Egipto. Intervinieron en un tor-
neo organizado por el Real Polo Club de Barcelo-
na, donde Héctor Wilson tuvo el privilegio de ser
invitado a formar parte del combinado «Resto de
los Clubes», que se enfrentó al ganador del trofeo.
En su enorme cantidad de vuelos tuvieron dis-
tintas experiencias: hicieron el viaje inaugural del
Jumbo desde Barcelona a Madrid, usaron decenas
de líneas aéreas, incluyendo Japan Airlines, en el
tramo Paris – Roma, y con un piloto casi suicida,
que cruzó los Alpes rozando los picos del Monte
Blanco.
En resumen una gira verdaderamente extraordi-
naria, con un final curioso: a Sudáfrica (el primer
destino que habían elegido) fueron como turistas,
pero no jugaron, pues para poder visitar Marrue-
cos, Egipto, Zambia y Sudán debieron renunciar a
competir con los sudafricanos, que estaban aisla-
dos deportivamente a causa del apartheid.
En 1976, en los juegos Olímpicos de Montreal,
integró el Seleccionado Argentino Gustavo Paolucci,
cuando nuestro país alcanzó el undécimo puesto.
Equipo que realizó la gira a Europa y África.
Parados: J.Amulet, M. Crovetto, J. Lavagno, H. Wilson, J.C.
Evangelista (Capitán), C.Villamayor, E. Santoro, D. Dapozzo, G.
Wilson, Z. Monostory (Médico).
Agachados: D. Merengo, D. López, H. San Martín, R. Sánchez,
H. Vallejo, J.M. Reda y O. Roulet.
Cricket y Bowls
A partir de 1971, afiliado nuevamente Pacific a la
Asociación, se siguió jugando al Cricket todos los
veranos. En cuanto comenzaba el mes de Noviem-
bre, la ovalada o los palos de hockey se dejaban de
lado y se comenzaba a preparar en campo para prac-
ticar con la pequeña pelota colorada.
El alambrado de la cancha uno de rugby se le-
vantaba, y de esta manera el «field» tenía las di

mensiones necesarias para jugar al cricket.
El club participaba del campeonato de los sába-
dos y si bien la cantidad de jugadores era bastante
exigua, el entusiasmo todavía estaba vivo. En la
gira a las islas Malvinas se llevaron los bates y los
pads necesarios para jugar el gran partido, que la-
mentablemente tuvo que limitarse a una simple prác-
tica por el fortísimo viento atlántico, como hemos
dicho.
La subcomisión de cricket estaba compuesta por
Jaime «James» Moffatt, Juan «John» Moffatt, Leo
Operti y Juan González Saborido.
En cuanto a la «Sección Bochas» como se la
llamaba a veces, vivió en esta década algunos cam-
bios que sin duda la revitalizaron. Que mejor que
un viejo escrito de Ernest A. Wolstenholme, viejo
«bochero» del club, que en 1978, a los ochenta y
siete años, recordaba de esta manera a su deporte
(ex profeso hemos dejado la exacta escritura origi-
nal con sus verbos y sus mayúsculas, que de algu-
na manera trasmite el tono y la cadencia de su idio-
ma):
«En el año 1935 me presentó a nuestro Club
Pacífico un viejo amigo ferroviario llamado Willie
Wilson quien ha ganado el primer Campeonato del
Club en Bochas sobre Césped, y naturalmente era
lleno de entusiasmo aunque tenía mas o menos una
docena (12) participantes. En ese tiempo nuestro
presidente era Sr. Chiswell, el Intendente Sr. Rome-
ro, alto empleado del Ferrocarril Pacífico, y el Con-
cesionario era Don Antonio, con un mozo y un
muchacho para lava-copas, llamado Alfredo, que
está todavía con nosotros como Concesionario, y
muy querido por todos.
El ambiente era muy inglés, demasiado inglés
posiblemente, con ciertos VIPs del Ferrocarril Pa-
cífico y el resto de los altos empleados. Pero por
esas mismas razones teníamos muchas ventajas
para la manutención del Club, que ya no existen
más. Agua para la pileta y los baños, trabajos va-
rios en el Club, hasta Coches especiales del F.C.P.
para llevar el equipo «A» a Rosario, para jugar un
amistoso de Bochas.
Teníamos reglamentos que ya son una risa. Las
Damas eran consideradas muy secundarias, ter-
minantemente prohibidas a pisar los Rinks antes
de las 4 de la tarde los Sábados y Domingos para
permitir a los VIPs formar un partido, y sus Rinks
favoritos. Las Damas eran obligadas a practicar
Equipo de Bowls
Ricardo Martin, «Ronnie» Sharpe, Oscar M. Polenta,
Andrés Rodríguez y «Cuco» Sáenz

en la cancha de Cricket, y pasar una prueba por el
Capitán, antes de poder jugar en la cancha princi-
pal de Bochas.
La selección por el primer Equipo de Bochas
Masculino era muy estricto, y la categoría Social
importante. Resultó de toda esta ridiculez que te-
níamos mejores jugadores en la 2da. que en el 1er.
Equipo, con Jack Lee y John McLennan entre los
mejores del país y Campeones varias veces del
«River Plate Singles», jugando en la 2da. Yo per-
sonalmente llegué a la primera porque tenía co-
che, en estos días eran muy escasos, y nuca eran
más de media docena en el patio del Club.
Este ciclo de dominación masculina duró muy
poco, porque las Damas demostraron muy pronto
que eran tan buenas, y en varios casos mucho me-
jores que los hombres y con el creciente entusias-
mo teníamos 3 Canchas con un total de 11 Rinks, y
las Damas insistiendo en sus derechos, y como siem-
pre, ganaron las Damas.
En los últimos 20 años aproximadamente hemos
tenido cambios muy importantes. Después de la li-
quidación de los ferrocarriles Ingleses, llegamos
tan bajo en la sección Bochas que el Sr. Romero
nos informó que la Comisión del Club estaba con-
siderando convertir nuestra cancha de Bochas en
2 canchas de Tennis. Y con todo derecho, porque
era siempre vacía y muy abandonada, aunque man-
tenida en óptima condición.
Pero teníamos una suerte bárbara. Apareció un
señor ex jugador de la Sección Hockey y revolu-
cionó toda la Sección Bochas. Yo, siendo el Capi-
tán de la Sección pregunté de donde viene este se-
ñor, y me informó que era jugador de Hockey, que
ya era demasiado gordo, no puede correr más, fal-
ta piernas, falta aire y falta todo el resto que nece-
sita para practicar Hockey, pero lo que no faltaba
era coraje y habilidad, y enseguida demostró que
jugando Bochas para él era juego de chicos.
No tenía respeto por nadie ni miedo tampoco en
la cancha, y en el Campeonato Singles del Club yo
era su primera víctima – me ganó 21 a 5 en 20
minutos- ¡Y yo era el Capitán! Pero esto no era
nada, porque ganó contra John McLennan, Cam-
peón del River Plate Singles, en la final por 21 –
12. Todo esto en su primer año de Bochas. Con
este triunfo Benvenuti salvó la Sección, y apareció
un sin número de de veteranos de Hockey y Rugby,
que descubrió otra vida deportiva a su alcance,
que podía durar hasta tenían 70-80 años. Y con
esta revolución nadie hablaba más de la liquida-
ción de la Sección, pero si de nuevos equipos para
entrar en los Torneos Oficiales de la Asociación de
Bochas.
Y así ganamos la mayoría de los torneos oficia-
les, aunque es posible que la última temporada
1977/78 no ha sido muy brillante en este sentido,
pero yo creo hemos ganado mucho más de todas la
Copas juntas porque la primera vez en toda la his-
toria del Club hemos tenido un 2do. Equipo «B»
de Damas, llenas de entusiasmo, que a mi me en-
canta, y aunque no ganaron ni un partido este año,
pronto va a llegar a ser Campeonas. Ya descubrie-
ron que pueden ser veteranas de Hockey y Tennis
pero pueden tener un vida deportiva Nueva muy
agradable hasta el fin de su vida en este mundo.
Por ejemplo yo con mi Esposa, que ya está descan-
sando en la paz, jugamos hasta teníamos 80 años,
y en 1956, teniendo 66 años de edad, ganamos to-
dos los Trofeos posibles en los Mixtos del Club y
los Oficiales de la Asociación de Bochas».
La subcomisión de Bowls o «Bochas» como pre-
fiere llamarlas Wolstenholme, estaba formada por
Alberto Mario Rohan, Arturo Makin, Carlos Servera,
Laura Grater y Ronaldo Sharpe e importantes juga-
dores representaban a nuestro club, entre los que
podemos citar a Ronald Sharpe, «Cuco» Sáenz,
Oscar M. Polenta, Alberto Rohan, Andrés Rodríguez,
Alfredo y Mario Grater, Max Cohen, Ricardo Martin,
César Villamayor, Rino Benvenuti, etc.
Las damas contaban con excelentes jugadoras,
como Susana Santamaría, Hilda Aguilar, «Negrita»
Grater, Dodo Benvenuti, Perla Rohan, Dorita Iahn,
Catalina Gorra Zabala, Marta Sherrard, Laura Grater,
Beba Polenta, Raquel Rodríquez, etc.
La recuperación de este deporte fue muy rápi-
da, y al finalizar la década nada menos que 70 so-
cios jugaban a las bowls en Pacific ¡!!
Los ganadores de la Copa Sommerville fueron:
Temporada 1968/1969 T. H. Blades, 1969/1970 O.
Matte, 1970/1971 J. Mc Lennan, 1971/1972 R. L.
Makin, 1972/1973 J. Mc Lennan, 1973/1974 J. Mc
Lennan, 1974/1975 M. A. Rohan, 1975/1976 T. H.
Blades, 1976/1977 T. H. Blades y 1977/1978 C.
Burgess.

Tenis
En esta década el tenis mantuvo su caudal de juga-
dores y siguió compitiendo activamente. Los re-
presentantes del club intervinieron en los torneos
de las Asociación Argentina de Tenis y la Subcomi-
sión de este deporte estuvo formada por Jorge
Quirolo, Osvaldo Aldunate, Leclercq, Carlos
Newman, Maria Teresa Ranyach y otros.
En 1975 se produjo una situación inédita en el
club: en la final del Torneo Interno del Club, en la
categoría campeonato, se enfrentaron padre e hijo.
E. Iliev venció a su hijo Christian «en forma mere-
cida y presentando ambos hidalguía sin igual»,
como se escribió por esos años.
Además del los internos, todos los años se dis-
putaba el Torneo Americano con ventaja y el Tor-
neo por equipos, muy disputado y que permitía que
todos los tenistas del club participaran.
En 1977 el equipo de Veteranos alcanzó el as-
censo a segunda, y en 1978 a primera división. Los
integrantes del plantel que alcanzó los dos ascen-
sos eran E. Iliev, E. Negre, C. Raffo, J. Wiurnos, O.
Martínez, J. Quirolo, J. Granel, A. Coquet, L.
Michelín, C. Newman, O. Aldunate, L. Romanyach
Pons y José Chalén.
También en 1976 se ganó la «Copa Uruguay»,
mostrando un alto nivel de juego de los represen-
tantes del club: M. Bruzzone (Capitán), C. Iliev, G.
Ojeda, H. y A. Monroy. A. Prado, M. T. Romanyach
y A. Cardinale.
El Torneo Dobles de Damas se comenzó a reali-
zar en 1975, por la iniciativa y trabajo de las Sras.
M. Soffritti y C. Parisi y el Sr. E. Díaz.
A fines de esa década era aún común ver a dos
veteranos con muchos años de deporte, que sin
embargo conservaban su espíritu alegre, apasiona-
dos por el tenis: Miguel Puff y Pedro Folwary.
En esos años, los encargados de la escuela de
tenis fueron José Granel, Marcelo Soffritti y Ana
Laura Prado y Paolini era el encargado de infanti-
les y menores.
Ascenso a Tercera División, 1971.
C.Raffo, J. Quirolo, J. Walsh, D. Michelin, L. Michelin.

Hockey de Damas
Esta fue una década curiosa para el hockey feme-
nino del club. En 1970, un equipo muy joven pero
con grandes valores viajó a Chile, para jugar con
los amigos del Club Manquehue, en una gira que
produjo excelentes resultados. La delegación de
Pacific estuvo formada por Nelly Goldberg, Patricia
López, V. Pérez Grant, María Inés Abad, Silvia
Gutiérrez, Silvia Martínez, Patricia Spraggon, Irene
Downes, V. Achaval, Lizzie y Vivian Burgess. Pre-
sidió la gira Mario Grater y las acompañó como
entrenador Carlos Cocina.
En 1970 y 71 se obtuvieron buenas colocacio-
nes en el Campeonato, pero fue en 1972 que ese
excelente equipo de jugadoras ganó el Campeona-
to de Primera División de Pre-temporada. Las cam-
peonas fueron Diana Brozzi, Isabel Burgess, María
Inés Abad, Zoraida Aguilar, Cristina Van del Velde,
Graciela Martin (Capitana), Viviana Saccone, Silvia
Gutiérrez, Stella Bremer, Nélida Goldberg, Patricia
Santamaría, Patricia López de Zurniewikz e Irene
Downes.
En la primera rueda se le ganó a Gimnasia y
Esgrima por 2 a 1, luego, al derrotar a Ducilo por
1-0 , Pacific pasó a semifinales, donde venció a
Olivos por 1 -0. La final se jugó como locales ante

Hurling, ganando por 1-0 con gol de Zoraida
Aguilar.
La división juvenil también ganó el torneo pre-
temporada, venciendo a Belgrano Athletic en la fi-
nal por 1-0.
El equipo estaba constituído por A.D’Aiutolo,
G.Buenvemann, M. D’Aiutolo, A. Ciacaglia, M.
Arrausi, E. Panetta, E. Crescente, A. Ciai, D.
Cernello, D. Van de Velde, S. García e I. Perazzo.
Para que la alegría fuera completa, también las
Infantiles ganaron su respectivo campeonato, de-
rrotando a San Fernando por 10 corners a 2.
El plantel estaba formado por A. Mascheroni,
M. Framiñán, Virginia Bianco, Cecille Maver,
Valerie Sherrard, G. Marquis, B. Anasi, M.
Sommariva, B. Cernello, S. Ruíz, A. García y A.
Mores.
Sin embargo, inesperadamente, en 1973 descen-
dió San Martín a segunda división, aunque rápida-
mente se ascendió al año siguiente. Los resultados
no habían acompañado la tarea de la División su-
perior, pero las satisfacciones llegaron de la mano
de las Infantiles, que ganaron el Campeonato ju-
gando un muy buen hockey, y dirigidas por W.
González. El equipo formaba así:
S. Ruiz, M. Sommariva, S. Arrais, A. Mascheroni,
C. Marquis, S.Spinelli, S. Suardi, V. Bianco, V.
Sherrard, C. Sendero, C. Maver y M. Framiñán.
También ganaron el seven ese año, con el si-
guiente equipo: R. González Saborido, C. Maver,
V. Bianco, G. Liz, S. Aprani, M. Sommariva y A.
Mascheroni.
La década finalizó manteniendo la categoría,
después de algunos campeonatos no del todo satis-
factorios.
Información de Buenos Aires Herald, del 29 de Octubre de 1973.
Gira de hockey de Damas a Manquehue.

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