4. - Lanzarote es una isla del archipiélago canario
(España), en el océano Atlántico. Pertenece a la
provincia de Las Palmas. Su capital es Arrecife.
El nombre de la isla procede del marino genovés
Lanceloto Malocello, quien la visitó en el siglo XIV.
5. Lanzarote es la más septentrional y oriental de las islas del archipiélago canario. Es conocida
popularmente como "la isla de los volcanes", al identificarse con el manto volcánico que se extiende a
lo largo de gran parte de su superficie debido a la gran actividad volcánica de principios del siglo
XVIII.
Isla de La Graciosa vista desde el norte de Lanzarote
Lanzarote se encuentra a una distancia de 140 km de la costa noroccidental africana y a 1000 del punto
más cercano del continente europeo, el sur de la Península ibérica. Su punto más septentrional es el
cabo o Punta Fariones, y el más meridional, Punta del Papagayo. Su clima es subtropical con escasas
precipitaciones. Tiene una superficie de 845,93 km² y una población de 141.938 habitantes (INE, enero
de 2009). Consta de siete municipios de los cuales el más poblado es Arrecife, capital insular. Al norte
de la isla se encuentran los islotes e islas menores de Alegranza, La Graciosa, Montaña Clara, Roque
del Este y Roque del Oeste, que forman el Archipiélago Chinijo, administrativamente dependiente de
Lanzarote.
Las Peñas del Chache, situado en Haría, con 670 m de altitud, es el pico más elevado de la isla.
Lanzarote fue declarada en 1993 Reserva de la Biosfera por la Unesco. Además, la Red Canaria de
Espacios Naturales Protegidos recoge en esta isla un total de 13 entornos naturales, que suponen más
del 40% del territorio insular, entre los que destaca el Parque Nacional de Timanfaya.
Dedicada en el pasado fundamentalmente a la agricultura y la pesca en el banco pesquero canario-
sahariano, en la actualidad la economía de la isla gira en torno al sector servicios, fundamentalmente
a la potente industria turística. A esta actividad comienza a añadírsele la viticultura, de importante
peso en siglos anteriores y que se ha relanzado con la creación de la Denominación de origen para los
vinos de Lanzarote.
La isla cuenta con el Aeropuerto de Lanzarote-Guacimeta, en el municipio de San Bartolomé; así
como con los puertos marítimos: Puerto de los Mármoles en el municipio de Arrecife, y el puerto de
Playa Blanca en el municipio de Yaiza.
6. La explicación del nombre de la isla de Lanzarote es de las más claras y aceptadas
de todos los topónimos del archipiélago canario. Existe consenso entre los
historiadores en que el nombre procede del navegante genovés Lanceloto
Malocello, quien la visitó por primera vez en el primer tercio del siglo XIV y de
cuya presencia, al parecer, encontraron alguna huella los primeros
conquistadores normandos: el castillo de Guanapay, el más antiguo de Lanzarote,
se habría construido sobre una antigua torre edificada en 1312 por Malocello. La
isla se denomina "Insula de Lançarotus Marocelus" en el primer portulano que
recoge a las Islas Canarias más o menos en su forma actual, el del mallorquín
Angelino Dulcert, de 1339. En otras cartas y mapas posteriores esta denominación
sufre alteraciones fonéticas, pero no cabe duda de que el nombre actual deriva del
ilustre visitante italiano que en su día recaló en ella.
El vocablo aborigen Titerogakaet parece que fue el empleado por los majos para
referirse a la isla con anterioridad a su conquista. Se trata de un término de
origen bereber que ha sido emparentado con el tuareg tetergaget, "la que está
quemada", o bien con los vocablos titerok y akaet, que significarían "Montaña
Colorada". Del mismo modo, la toponimia insular está plagada de voces de origen
indígena, como Yaiza, Tinajo, Teguise, Timanfaya o Guatiza, que comparten
protagonismo con lugares de nombre hispánico como San Bartolomé o Puerto del
Carmen.
7. Lanzarote, como todas las demás Islas Canarias, es el efecto de los procesos geológicos
derivados de la apertura del Atlántico, iniciado en el Mesozoico, y agravado más
recientemente por la presión existente en esta zona generado por el giro de África en el
sentido de las agujas del reloj iniciado en la orogenia alpina del Terciario. Al comienzo de
la apertura del Atlántico, comenzaron las emisiones de lava sin af lorar a la superficie hasta
hace unos 20 millones de años en la vecina Fuerteventura y 11 millones de años en la isla de
Lanzarote.
La historia geológica de Lanzarote se divide en tres fases:
En una primera fase, hace 11 millones de años, durante el Mioceno, aparecen los restos más
antiguos en la zona de Famara, al norte de la isla, y en los Ajaches, al sur. Actualmente, los
procesos erosivos han desmantelado estas formaciones. Su morfología es la de edificios
erosionados que han evolucionado a formas acarcavadas con una buena red de drenajes
caracterizados por valles en forma de “U” actualmente secos y áridos. Característico de
estas formaciones es el risco de Famara, donde se encuentra la mayor altitud en la
isla, unos 600 m. El punto más alto de Lanzarote se encuentra aquí, en las peñas del
Chache con una altura de 671 m.
8. Una segunda fase es la que abarca la evolución de la morfología de Lanzarote desde el Mioceno hasta
el Pleistoceno, que se caracterizó por los procesos erosivos de las dos formaciones, Famara y Ajaches.
Posteriormente, han existido emisiones importantes de material magmático que han dado lugar a la
unión de las dos formaciones antiguas. Se trata sobre todo del sector central de la isla que se
caracteriza por la existencia de alineaciones de edificios formando los ejes estructurales de la isla, que
coinciden con los los ejes de formación de Fuerteventura con dirección NE-SO, algunos con avanzado
estado de desmantelamiento, con una evolucionada red de drenaje en formas redondeadas, amplios
valles, vegas y moderadas penillanuras. Cabe decir que en esta etapa Lanzarote y Fuerteventura
estaban unidas por el estrecho de la Bocaina y por la isla de Lobos. La última vez que lo estuvieron fue
durante la última glaciación, la glaciación de Würm.
La tercera fase, geológicamente hablando, no tiene nada característico, aunque es la más importante
desde el punto de vista antropocéntrico. Se trata de erupciones acaecidas en los siglos XVII y XVIII
con emisiones alineadas paralelas a las de la anterior fase y edificios que no superan los 200 m. pero
excelentemente conservados por la poca pluviosidad que se da en la isla y por una política de
conservación muy estricta.
9. El clima de Lanzarote se define como subtropical en lo que se refiere a sus temperaturas y
seco o subdesértico respecto a las precipitaciones. Las temperaturas experimentan escasas
variaciones tanto entre las diferentes estaciones como entre el día y la noche, gracias a la
acción moderadora del océano. La temperatura media del mes más frío (enero), a nivel del
mar, es de 17 °C y la media del mes más cálido (agosto) es de 24 °C. Las temperaturas no
suelen bajar de los 14 °C en invierno ni suelen ser superiores a los 29 °C en verano. Por su
parte, la media de precipitaciones es de unos 200 mm anuales, concentrándose en los
meses de invierno y siendo prácticamente nulas entre mayo y octubre. Las precipitaciones
varían de los 250 mm en Famara a tan sólo 50 mm en la zona de la Costa del Rubicón. El
clima es mucho más templado de lo que correspondería por su latitud geográfica.
10. Lanzarote cuenta con una espectacular naturaleza, tanto en lo que se refiere a paisajes,
siendo estos uno de sus principales atractivos turísticos, como en cuanto a la f lora y la
fauna insular, plagada de endemismos. Además, la isla ha estado a la vanguardia de
Canarias en lo referente a conciencia ambiental, como demuestra su pionero marco legal
para la ordenación del territorio o la negociación de moratorias para la construcción,
intentando lograr un perfecto equilibrio entre desarrollo turístico y preservación del medio
natural. Todo ello se vería recompensado con la declaración de la isla como Reserva de la
Biosfera por la Unesco en 1993. En la actualidad, el 42% del territorio de la isla se
encuentra protegido bajo alguna de las figuras de conservación que contemplan las leyes
canarias.
11. Cinco hitos geográficos marcan la morfología de Lanzarote, dotándola de una personalidad
única y albergando cada uno de ellos paisajes diversos, de gran valor natural y geológico. Se
trata de dos macizos montañosos de gran antigüedad, ubicados cada uno de ellos en el
extremo norte y sur de la isla ( Famara-Guatifay y Los Ajaches, respectivamente); dos
áreas de vulcanismo más reciente, que conforman la zona de volcanes de Timanfaya,en el
centro-sur, y el volcán y malpaís de La Corona, al norte; y, finalmente, una lengua de
arenas de origen marino que atraviesa el centro de la isla, en el área conocida como El
Jable. Estos cinco espacios, junto al conjunto de islotes del Archipiélago Chinijo, al norte
de la isla, albergan la mayor parte de los encantos paisajísticos de la "isla de los volcanes".
12. Encuadramos aquí al conjunto de espacios sepultados o surgidos a partir de las erupciones
de Timanfaya, acaecidas entre 1730 y 1736, y que ocupan aproximadamente una cuarta parte
de la superficie de la isla. En el centro de esta zona se encuentra el área de mayor interés
geológico y paisajístico, el Parque Nacional de Timanfaya, declarado como tal en agosto
de 1974. Se trata de una superficie de algo más de 50 km² en la que se pueden observar más
de 25 volcanes, aparte de campos de lavas, lapillis y escorias volcánicas en perfecto estado
de conservación. En su interior se encuentra el Monumento Natural de las Montañas del
Fuego, donde se ubica el centro de visitantes del Islote de Hilario, gestionado por el
Cabildo. Este espacio conserva aún cierta actividad volcánica, como demuestran las
emanaciones de calor que produce la tierra.
El Parque Nacional está rodeado por un segundo espacio protegido, el Parque Natural de
Los Volcanes, sepultado también por las erupciones de Timanfaya. Las lavas llegaron a las
costas occidentales de la isla, penetrando en el océano y aumentando la extensión de
Lanzarote. El rápido enfriamiento de la lava al contacto con el agua, unido a la acción
erosiva de las olas, creó un peculiar paisaje costero. Ejemplo de ello es el lugar conocido
como Los Hervideros, cerca de la población de El Golfo. En sus inmediaciones se
encuentra el Charco verde o de los Clicos, una pequeña laguna de agua marina de color
verde intenso a causa del fitoplancton que habita en su interior.
13. Lindando con el parque natural se halla el paraje de La Geria, muestra de una perfecta
simbiosis entre el ser humano y la naturaleza. En La Geria el campesino lanzaroteño
ingenió un sistema agrícola único en el mundo con el que pudo cultivar las tierras que
habían quedado calcinadas por las cenizas volcánicas. Estas cenizas, llamadas en Canarias
picón, retienen la humedad ambiental durante la noche y la filtran hacia la tierra que se
encuentra debajo, al tiempo que aíslan a ésta durante el día. Un estrato calizo inferior
impide que el agua continúe hacia el subsuelo. El sistema posibilita el cultivo de la vid en
un espacio de clima subdesértico. Para ello, los agricultores tuvieron que buscar bajo el
lapilli la "tierra madre" que había quedado sepultada, plantar en ella las cepas, cubrir con
capas de picón y construir muros de piedra volcánica que resguardasen a las parras del
fuerte viento de la zona. Esto dio como resultado un paisaje excepcional, donde se
producen los acreditados vinos de Lanzarote, fundamentalmente a partir de la uva
malvasía.
14. El Volcán de La Corona es un gran cono volcánico situado al norte de la isla, en el
municipio de Haría. De él proceden las lavas que constituyen el malpaís de La Corona.
Dada su relativa antigüedad, de unos 21000 años, este espacio, al contrario de lo que ocurre
en los campos de lavas de Timanfaya, ha sido colonizado por gran número de especies
vegetales mayores, entre las que destacan la tabaiba dulce y el verode.
Por el subsuelo del Monumento Natural del Malpaís de La Corona discurre un extenso tubo
volcánico de más de 6 kilómetros de longitud, que va desde el cono volcánico hasta el
mar, adentrándose en él, formando un túnel submarino de un kilómetro y medio llamado
Túnel de la Atlántida. Dos de los tramos de este conjunto de galerías están habilitadas para
las vistas turísticas. Se trata de la Cueva de los Verdes y los Jameos del Agua.
15. Se conoce como "El Jable" a la lengua de terrenos cubiertos de arenas organógenas que
discurre por la parte central de la isla, desde las playas de Famara hasta depositar las
partículas arenosas en las zonas costeras en torno a las cuales se han levantado los núcleos
poblacionales y turísticos de Puerto del Carmen, Playa Honda y Arrecife. Estos paisajes son
el resultado de la peculiar orientación del Macizo de Famara, que impone a los vientos
alisios dominantes una inf lexión en la zona noreste, y pasan a convertirse en vientos del
noroeste. Las arenas penetran en la isla por la extensa playa de Famara, formando en este
entorno paisajes dunares de gran interés paisajístico y biológico, siendo esta zona área de
nidificación de especies en peligro como la hubara canaria.