El documento describe el refugio como un lugar donde una persona puede encerrarse para enfrentar la adversidad solo. Al estar solo, uno puede escuchar los sonidos del viento y prepararse para defenderse y atacar. Aunque se siente solo, en realidad nunca lo está, ya que recibe ayuda y conexión con lo que importa. Al salir del refugio, uno se siente preparado para la lucha y el combate, habiendo enfrentado sus miedos en soledad.
2. Nadie podía entrar ni salir. El tenía las llaves. La ¨ únicas ¨ llaves. Se encerró para
develar el misterio del acoso de la adversidad. Necesitaba estar solo. Enfrentarla. La
fuerza a la que nada lo domina cuando se esté consigo mismo. Escuchar el silbido del
viento. Estar preparado para defenderse y atacar. Solo. Con ese torbellino de seguridad
afirmado en el depender de lo que hay y de lo que es. Dejar entrar el momento de la
zozobra. Escucharlo y sentirlo hasta el dolor de no aguantar más. Pero poder usar lo que
se hace como lo que se es y lo que se fue. Como la batalla que librar toda la vida. Con la
angustia de no soportar pero la seguridad de poder. Solo. Es que cuando se está solo no
se lo está. Es cuando todo acude en ayuda y en conexión con lo que importa y el saber
cómo hacer. El ver que hay algo que no sos y actúa a través tuyo. Dulce compañía.
Presencia de la nada que lo es todo. Y el ser que vibra dejándose llevar. Una recorrida
por los miedos y los avatares de que se está ahí. Que es mucho más de lo que hacés. Y
encontrar en el refugio de estar solo con ello. Con ello. ¿Solo? Terrible contrariedad la
de estar más acompañado que nunca. Como lo que se acompasa y se adosa a la
existencia que se lleva. Y locura que se hace nuestra. Controlada y leal. Demostrándose
que se puede estar en el caos del orden. Establecido. Y cuando todo vuelve se vuelve
paz. Cuando el huracán ya pasó. Ser salido del refugio. Apasionado. Ya preparado para
la guerra. Para el combate cuerpo a cuerpo. Para verse en el hacerse. Alrededor.
Favorable. Juego establecido. Ese que se ha sabido en el refugio. De los misterios. Que
duren lo que duran. Eterno modo que no se ve pero se siente. Ante lo que a uno
acompaña de lo que hay.