El documento habla sobre aprovechar el presente día porque el futuro es incierto. Cita a Jim Valdano diciendo a un equipo de baloncesto que aprovechen el momento actual ya que la vida cambia de forma inesperada. También cita a la Biblia sobre la importancia de alentarse unos a otros cada día y no endurecerse por el pecado. Aconseja aprovechar las oportunidades que Dios da hoy porque no se sabe lo que pasará mañana.
1. Aprovecha el Día Lectura: Hebreos 3:7-15. "En Tu mano están mis tiempos" — Salmo 31:15
2. Antes de entrar en el campo de la emisión de noticias, Jim Valdano llevó al equipo de baloncesto de la Universidad Estatal de Carolina del Norte al campeonato nacional. Luego, un cáncer se desarrolló en la parte baja de su espalda. Cuando le invitaron a dar un discurso ante el equipo de la Universidad Duke, Jim les dijo esto: "La vida cambia cuando menos lo esperamos. El futuro es tan incierto; así que, aprovechen este día, aprovechen este momento, y sáquenle el jugo“. Dios nos da una urgente directiva en Hebreos 3:13: "Antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado". ¿Por qué hay una insistencia tan fuerte en el hoy?. Puede ser que hoy, este mismo día, sea el último de tu tiempo aquí en la tierra. Puede que hoy sea tu última oportunidad de aceptar el regalo de Dios de la salvación o, si ya conoces al Señor, de compartir Su amor con algún amigo o ser querido. Santiago tiene esta advertencia acerca del abuso que hacemos de nuestros "mañanas": "No sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece" (4:14). Aprovecha las oportunidades que Dios te da hoy. Ese es un consejo sano, no sólo para los jugadores de baloncesto, sino para todos nosotros.
3. Planifica como si fueras a vivir un siglo; vive como si partieras hoy.
4. Lectura Bíblica: Salmo 31 Declaración de confianza 1 En ti, oh Jehová, he confiado; no sea yo confundido jamás; Líbrame en tu justicia. 2 Inclina a mí tu oído, líbrame pronto; Sé tú mi roca fuerte, y fortaleza para salvarme. 3 Porque tú eres mi roca y mi castillo; Por tu nombre me guiarás y me encaminarás. 4 Sácame de la red que han escondido para mí, Pues tú eres mi refugio. 5 En tu mano encomiendo mi espíritu; Tú me has redimido, oh Jehová, Dios de verdad. 6 Aborrezco a los que esperan en vanidades ilusorias; Mas yo en Jehová he esperado. 7 Me gozaré y alegraré en tu misericordia, Porque has visto mi aflicción; Has conocido mi alma en las angustias. 8 No me entregaste en mano del enemigo; Pusiste mis pies en lugar espacioso. 9 Ten misericordia de mí, oh Jehová, porque estoy en angustia; Se han consumido de tristeza mis ojos, mi alma también y mi cuerpo. 10 Porque mi vida se va gastando de dolor, y mis años de suspirar; Se agotan mis fuerzas a causa de mi iniquidad, y mis huesos se han consumido. 11 De todos mis enemigos soy objeto de oprobio, Y de mis vecinos mucho más, y el horror de mis conocidos; Los que me ven fuera huyen de mí. 12 He sido olvidado de su corazón como un muerto; He venido a ser como un vaso quebrado. 13 Porque oigo la calumnia de muchos; El miedo me asalta por todas partes, Mientras consultan juntos contra mí E idean quitarme la vida. 14 Mas yo en ti confío, oh Jehová; Digo: Tú eres mi Dios. 15 En tu mano están mis tiempos; Líbrame de la mano de mis enemigos y de mis perseguidores. 16 Haz resplandecer tu rostro sobre tu siervo; Sálvame por tu misericordia. 17 No sea yo avergonzado, oh Jehová, ya que te he invocado; Sean avergonzados los impíos, estén mudos en el Seol. Reina Valera Revisada (1960). 1998 (electrónica ed.) . Sociedades Bíblicas Unidas: Miami
5. Biblia del diario vivir . 31.14 , 15 Al decir, «en tu mano están mis tiempos», David estaba expresando simplemente su creencia de que todas las circunstancias de la vida están bajo dominio de Dios. Saber que Dios nos ama y tiene cuidado de nosotros nos permite mantenernos firme en nuestra fe a pesar de las circunstancias. Nos guarda de pecar tontamente al tomar los asuntos en nuestras propias manos o resentirnos por los tiempos de Dios.