2. La educación en su hogar.
José era puro, activo, alegre… reveló
también seriedad y firmeza moral.
Escuchaba las enseñanzas de su padre y se
deleitaba en obedecer a Dios. Las
cualidades que le distinguieron más tarde
en Egipto, la benignidad, fidelidad y la
veracidad, aparecían ya en su vida diaria.
(PP pág. 209)
3. En su niñez se le
había enseñado a
amar a Dios y
temerle.
Recibió
dos
materias
importantes:
• Al amor
• El temor a Dios
(PP pág. 215)
4. Inscripción a la escuela de la
aflicción.
Mientras iba a una
tierra
desconocida,
decidió ser fiel a
Dios.
Serviría al Señor con
corazón
íntegro,
afrontaría con toda
fortaleza las pruebas
y
cumpliría
todo
deber con fidelidad.
5. Formación en la escuela de la aflicción.
La prosperidad que acompañaba a todo lo que
se le encargara no era producto de un milagro
directo, sino que su trabajo, interés y su energía
fueron coronados con la bendición divina.
Atribuyó su éxito al favor de Dios, porque con
sus esfuerzos constantes nunca hubiese podido
alcanzar tal éxito.
(PP pág. 216 y Génesis 39:5)
7. Educación en la cárcel
Dios estaba preparando a José en la escuela de la
aflicción para que fuera de mayor utilidad y no
rehusó someterse a la disciplina que necesitaba.
En la cárcel llevó las materias de:
• Justicia
• Simpatía
• Misericordia
(PP pág. 218)
8. Segundo examen.
Fue la obra que ejecutó en la prisión, la
integridad en su vida diaria y su simpatía hacia
los que estaban en dificultad y congoja, lo que le
abrió paso hacia la prosperidad y los honores
futuros.
(PP. Pág. 218)
El copero y el panadero
10. Educación para gobernar
José entró en contacto con hombres de alta
posición y de sabiduría y adquirió conocimientos
de las ciencias, los idiomas y los negocios;
educación necesaria para quien sería más tarde
primer ministro de Egipto.
(PP. Pág. 216)
11. Las materias que recibió como parte de su
educación fueron:
• Conocimientos de las ciencias.
• Conocimientos de los idiomas.
• Conocimientos de los negocios.