1. Todo empezó con una tarde lluviosa .En el comedor del
colegio San Agustín.
Estuvieron hablando, Alicia, Andrea, Ángel y Carlos, sobre
que habían desaparecido los exámenes del profesor, los
ejercicios de los alumnos y el boletín de notas.
-Alicia es la más lista de nuestro grupo.
-Andrea es la científica del grupo.
-Ángel es el que sabe mucho de idiomas y de matemáticas.
-Carlos es el que más sabe sobre misterio.
Estábamos sentados alrededor de una mesa hablando,
sobre lo desaparecido. Carlos dijo:
-algunos de los sospechosos son Rubén, Guillermo y
Susana.
Luego Andrea dijo sus sospechosos: Lucía, Alba y
Eduardo.
Por la noche Ángel estuvo investigando a ver quién sería el
más sospechoso. En el recreo se reunían: Alicia, Andrea,
Ángel y Carlos.
2. Ángel dijo: – He estado investigando y esto es como un
puzle, solo le faltan unas piezas y lo resolveremos.
Después de que el grupo estuviese investigando a todos los
sospechosos llegamos a la conclusión que todos ellos
tenían una disculpa a lo sucedido, y ninguno estaba allí en
el momento de la desaparición, de las cosas.
Todos nos dimos cuenta que no había que culparles a ellos,
sino que tendríamos que investigarlo de otra forma.
Pensamos en quien podría haber estado allí, las señoras de
la limpieza, el profesor, el conserje, la directora del colegio
y Paula, la delegada de la clase. Entonces seguimos los
pasos de cada uno de ellos.
Las señoras de la limpieza: llegaron allí 30 minutos después
de terminar la clase para hacer su trabajo, ellas podían
haber, cambiado o movido de sitio los papeles del profesor
para hacer la limpieza del aula.
Carlos estuvo entrevistando a una señora de la limpieza y
solo limpiaron el suelo y la pizarra, la mesa del profesor no
la tocaron, porque estaba muy bien colocada.
El profesor no fue porque, fue él el que vio que las cosas
habían desaparecido, y nos lo contó cuando estábamos en
el comedor.
La Directora no pudo ser porque ella misma nos preguntó
si habíamos estado en el aula después de que se terminase
la clase.
3. Paula, la delegada de la clase estaba muy preocupada por lo
que había pasado y se la notaba bastante disgustada. Ella no
pudo ser.
Solo quedaba una persona, MANOLO EL CONSERJE.
Nos juntamos y entre todos le hicimos varias preguntas, el
estaba muy nervioso y preocupado, sudoroso y temblaba,
le habíamos pillado.
Entonces nos llevó a un cuarto donde tenía todas las cosas
y nos encerró a todos.
Le oíamos por los pasillos del cole reír a carcajadas con una
risa de malvado:
Uahhhhh jajajajajajajaaaaaaaa nadie os sacará de este lugar,
os vais a cagar de miedo tontuelos.
En un rincón lleno de polvo y telarañas, Andrea encontró
un manojo de llaves y empezó a probar una por una hasta
que encontró una de las llaves que entraba en la cerradura,
giró la llave y ¡sorpresa!, la puerta se abrió.
Los niños fueron al despacho de la directora y le contaron
lo sucedido, la directora llamo a Manolo el conserje, y este
al ver a todos los niños allí se arrodilló y pidió perdón a la
directora, y le dijo que no le despidieran que no volvería a
ocurrir otra cosa como esa. Entonces la directora le pidió
las llaves de todos los sitios que el tenia, y le dio una
escoba, un paño y una fregona y le mandó a limpiar el patio
4. y todos los desvanes del colegio, y desde entonces
desapareció del colegio y no se supo nunca nada más de:
MANOLO EL CONSERJE, PERO A V ECES SE OYEN
RUIDOS EXTRAÑOS Y RISASSSSSS POR LOSS
PASILLOSSSSSS……..
ANDREA GALLEGO MARTÍN.