1. ADAPTACIÓN DE DON QUIJOTE AL SIGLO XXI
Don Quijote = Alexandre - profesor, se vuelve loco por los alumnos
Sancho = Lucas - nuevo conserje
Alexandre es un profesor de secundaria, da clase a 3r. Este año se ha separado de su
mujer y lo único que le queda es la enseñanza. No tiene ni hijos ni familia, y en la
escuela sus compañeros de trabajo no le hacen caso. Su mujer le ha echado de casa y
vive en un cuartito pequeño que es del conserje, se pasa todas las noches corrigiendo
exámenes, casi no duerme y cuando llega a clase al día siguiente, sus alumnos no le
hacen caso.
La escuela donde trabaja enseña a alumnos con dificultades de aprendizaje y niños
problemáticos, así que para poder trabajar aquí, tiene que tener mucha paciencia y
saberse controlar emocionalmente. En cambio Lucas empieza a trabajar en la escuela
como conserje, ya que el anterior dimitió.
Lucas llegó al trabajo con muchas ganas de empezar, pero se encontró con la pura
realidad, ese colegio era un infierno, alumnos que trataban mal el material incluso lo
hacían los propios profesores. Los pasillos estaban llenos de papeles, cigarrillos
encendidos y apuntes desperdiciados. Se preguntaba por qué había aceptado este
trabajo. La única razón por la que no lo dejaba era porque llevaba meses intentando
conseguir trabajo y ahora no lo iba a desperdiciar.
Lucas sonríe con satisfacción mientras sale por la puerta. Otro día más superado. Llegó
a la puerta de su apartamento, metió la mano en el bolsillo para sacar las llaves, pero
no estaban. Fue entonces cuando recordó que se las había dejado en la mesa de su
pequeño cuartito, comenzó a correr hacia el colegio con temor a que hubiese cerrado
y no tuviese donde pasar la noche. Entró, caminó hacia la puerta exhausto, y al abrirla
se encontró con un hombre sentado en su silla con muchos papeles en sus manos.
Alexandre levantó la cabeza al escuchar que alguien abría la puerta. Se quedaron
petrificados mirandose el uno al otro, sin saber qué hacer ni que decir. Recogió sus
papeles y salió corriendo mientras Lucas lo perseguía.
¡Eh donde vas! - gritó Lucas- ¡Vuelve, no quiero hacerte nada!
¡Eso es lo que dice todo el mundo y no es verdad! - gritó aún más fuerte
Alexandre.
2. Por favor, para, solo quiero saber quien eres y por qué estabas en mi cuartito
de conserje - dijo más calmado - Yo me llamo Lucas ¿y tu?
Alexandre al oír que aquel hombre llamado Lucas le hablaba como un igual y no como
un demente, decidió contarle lo que le había pasado meses atrás y porque a día de hoy
vivía en el cuartito.
Después de haber acabado su relato, aquel hombre se quedó sin palabras.
Alexandre, así se llamaba el hombre que vivía en mi cuartito, cuando me estaba
contando lo que le había sucedido, no sabía ni como reaccionar, simplemente le ofrecí
mi apartamento para poder pasar la noche.
Los dos llegaron al apartamento. Alexandre se lo quedó mirando un buen rato, estaba
callado y de pronto dijo:
Un 7.
¿Un 7, de qué? - preguntó confundido Lucas.
Que le pongo un 7 a tu apartamento. - dijo Alexandre.
Gracias.
Habían pasado la cena hablando tranquilamente, cuando Alexandre dijo.
Un 8.
¿Un 8, de qué? - preguntó Lucas
Los espaguetis, un 8 - respondió
¿Un 8?, pero si son de la semana pasada
Pues no están mal.
Lucas se empezó a extrañar sobre la manía de ir calificando todo lo que veía: que si la
nevera un 6, que si su sofá un 9, el color de las paredes un 3, por qué según él estaban
pasados de moda y hacían la habitación más pequeña.
3. Cuando se fueron a dormir y Lucas estaba cojiendo el sueño, Alexandre
entróbruscamente a su habitación chillando:
¡UN 10, UN 10!
¡¿Un 10, de qué?! - dijo Lucas.
¡El colchón, un 10, lo más cómodo que he tenido!
Si es tan cómodo como dices, por qué no te vas a dormir ya, que mañana hay
que trabajar.
Vale, por cierto al color de tu habitación le doy un… 7. Mejor que el de tu
comedor. - le respondió Alexandre.
Al día siguiente, los dos se fueron juntos al colegio, Alexandre se dirigió hacia su clase y
Lucas se puso su uniforme para empezar la limpieza.
Al entrar en el aula, se encontró con un montón de alumnos tirando papeles, gomas…
Alexandre se fue hacia su mesa como hacía siempre, cogió una tiza y empezó a escribir
en la pizarra la materia que darían. Como siempre los niños no le hacían caso.
Entonces Alexandre empezó a ver números por todas partes en vez de alumnos y
sentía el impulso de nombrarlos en alto. Cuando empezó a señalar a los números,
todos los niños se quedaron callados mirandole extrañados y empezaron a chillar.
Lucas estaba haciendo limpieza de lavabos cuando escuchó gritos provenientes de la
clase de al lado. Fue a mirar haber que pasaba, observó que en aquella aula estaba
Alexandre y él gritaba y señalaba a los niños diciendo números.
Llegaron todos los profesores corriendo, mientras Alexandre los señalaba diciendo que
algunos iban a 4 km/h o a 2km/h. Todos se asustaban, empezaron a pedir a los niños
que les explicaran qué estaba pasando ya que el profesor no estaba en su mejor
momento. Ellos les explicaron a los profesores que Alexandre al entrar en clase se
había dirigido a ellos mediante números, y que desde hace unos meses su
comportamiento era muy raro.
Lucas sentía como si debiera proteger a Alexandre, pero no hacía mucho que lo
conocía y no sabía cómo.
4. Finalmente Lucas se ofreció a llevarlo a su casa para cuidar de él pero los demás no le
dejaron, ya que decian que podria ser un peligro y que necesitaba ayuda profesional.
Lo internaron en un manicomio durante meses, y Alexandre cada día iba haciendo más
progresos, pero una mañana decidió suicidarse, ya que como estaba en observación no
le dejaban ver a Lucas.
En cambio Lucas con la desesperación que sentía por no poder ayudarle se iba
volviendo más loco y el día que le informaron de que Alexandre había muerto empezó
a ver los mismos números que él.